Congo Actualidad n. 182

ÍNDICE

EDITORIAL: Objetivos claros y precisos

1. LA VISITA DE MARY ROBINSON A LA REGIÓN DE LOS GRANDES LAGOS

2. EL 23M SE REBELA

3. LENTITUD INJUSTIFICADA FRENTE A UNA SITUACIÓN DRAMÁTICA

4. REANUDACIÓN DE LAS HOSTILIDADES ENTRE EL 23M Y LAS FARDC

5. LA VISITA DE BAN KI-MOON A LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO Y RUANDA

 

EDITORIAL : OBJETIVOS CLAROS Y PRECISOS

Kivu del Norte, provincia situada en el Este de la República Democrática del Congo (RDC), ha entrado en una fase de estancamiento puesto que el diálogo entre el gobierno y el 23M en Kampala (Uganda),que perseguía la llegada a un acuerdo final, ha sido interrumpido debido al próximo despliegue de una nueva brigada de intervención de la Misión para la Estabilización de la RDC de las Naciones Unidas (MONUSCO), encargada del desarme de algunos grupos todavía activos en la región, entre los que se encuentra el Movimiento del 23 de marzo (23M)., Además, aunque el nivel de inseguridad es muy alto, no se ha hecho referencia a los importantes enfrentamientos entre el 23M y las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo.

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En Kampala, la última propuesta del gobierno fue una llamada a la autodisolución del 23M, que tuvo lugar incluso antes del despliegue de la brigada de intervención de la Monusco. Se trataba de una proposición muy ambigua. En efecto, si el movimiento rebelde “se disolviese”, sus miembros se confundirían con la población civil o buscarían integrarse en el ejército regular. De esta manera, el 23M podría proseguir con su estrategia de infiltración en las instituciones estatales tales como el gobierno, ejército, policía y administración, preparándose así para volver a dar paso a la guerra tras la partida de la nueva brigada de la Monusco, cuyo mandato tan solo cubre un período de un año.

La situación sufrió un cambio radical el 20 de mayo cuando el grupo rebelde, en lugar de auto disolverse, reanudó las hostilidades que perseguían los siguientes objetivos: impedir el despliegue inminente de la brigada de intervención de la Monusco, interrumpir la visita del Secretario General de la ONU en Kinshasa, Ban-Ki-moon, y obligar al gobierno congoleño a retomar las negociaciones en Kampala, una vez más, en estado de debilidad.

 Una espiral internacional de apoyos

Resulta difícil comprender cómo un grupo armado, en este caso, el 23M, por muy fuerte que sea, puede reanudar las hostilidades hasta la víspera de la visita del Secretario General de la ONU en la RDC y ante la inminencia del despliegue de una brigada especial de la Monusco. Según se ha afirmado, si el movimiento rebelde ha tenido el valor de reanudar las hostilidadeses porque este recibe apoyo de otras fuerzas más importantes. Entre ellas, Ruanda, cuyo régimen nunca ha asumido la resolución del Consejo de Seguridad en cuanto a la creación de una brigada especial de intervención en el Congo, si bien la ha aprobado oficialmente. La presencia de la ONU en Kivu podría, en efecto, constituir un obstáculo para su política expansionista de control y ocupación de Kivu, una provincia rica en recursos minerales. No obstante, también es necesario preguntarse por qué Ruanda es tan fuerte como para poder desafiar a la ONU. Su «poder» proviene del apoyo recibido a nivel internacional de los países anglosajones (Estados Unidos, Inglaterra y Canadá), las multinacionales occidentales e incluso de algunos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU. Esta «espiral de apoyos» es una de las «causas profundas» de este conflicto que está teniendo lugar en la RDC. Por tanto, los verdaderos artífices de la guerra de Kivu se esconden tras el iceberg de esta espiral internacional que posee una connotación mafiosa.

Objetivos claros y precisos

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Para evitar el estallido de la guerra es necesario, tal como anunció el mismo Ban Ki-monn, acelerar el despliegue de la brigada de intervención de la Monusco estableciendo unos objetivos claros y precisos.

 

  1. a.      Para la brigada de intervención de la Monusco:

 

– limitar las armas y los centros de mando militares del 23M y de otros grupos armados;

– desarmar y frenar las actuaciones de los dirigentes del 23M y otros grupos armados;

– vigilar las fronteras con Ruanda y Uganda con el fin de impedir cualquier tipo de apoyo exterior al movimiento rebelde y a otros grupos armados.

  1. b.      Para el gobierno congoleño:

 

– destituir y sustituir a los oficiales militares que han demostrado complicidad con el 23M y otros grupos;

– enviar a otras regiones las unidades militares procedentes de la RDC y del CNDP que todavía se encuentran presentes en Kivu, cerca de Ruanda y Uganda, quienes les han apoyado constantemente para así asegurar sus intereses económicos en la región de Kivu;- formar y enviar a Kivu unidades especializadas de las fuerzas armadas y de la policía, asegurando un salario regular y el apoyo logístico necesario para estos;

– asegurarse de que el ejército y la policía mantengan las posiciones recuperadas en el marco de las operaciones llevadas a cabo por la brigada de intervención de la Monusco frente al 23M y el resto de grupos armados;

– restablecer la autoridad del estado nombrando nuevos administradores en los territorios recuperados;

– enjuiciar a todos los autores de los crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y a todos aquellos que violen de alguna manera los derechos humanos;

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– poner en marcha los principios que figuran en el acuerdo firmado el 24 de febrero en Addis-Abeba, que exigen el respeto por parte de Ruanda y Uganda, países implicados en el conflicto de manera directa.

1.      LA VISITA DE MARY ROBINSON A LA REGIÓN DE LOS GRANDES LAGOS

El 28 de abril llegó a Kinshasa la enviada especial de la ONU a la región de Los Grandes Lagos, Mary Robinson, donde inició un viaje por la región cuyo objetivo principal era la puesta en marcha del acuerdo de Addis-Abeba sobre la paz en la República Democrática del Congo. La enviada también visitará Ruanda, Uganda, Burundi y África del Sur antes de dar por finalizada su misión en el seno de la Unión Africana (UA) en Addis Abeba (Etiopía). Para Robinson, la solución de la crisis de Kivu del Norte, en el Este de la RDC, no pasa por una solución militar, sino que exige el respeto del acuerdo-marco de Addis-Abeba, firmado el 24 de febrero por 11 países miembros de la CIRGL (Conferencia Internacional de la Región de los Grandes Lagos) y que, debido a las circunstancias, ella misma ha bautizado con el nuevo nombre de «acuerdo de la esperanza». [1]

El 30 de abril, Mary Robinson llegó a Goma, ciudad en la que fue recibida por el gobernador de la provincia de Kivu del Norte, Julien Paluku, quien, en su discurso de bienvenida señaló:

«A día de hoy, la provincia se enfrenta a dos amenazas muy importantes:

 

1) Las amenazas constituidas por las fuerzas negativas extranjeras como Las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), llegadas en 1994, y los ADF-NALU, cuya llegada tuvo lugar en el año 1986, quienes continúan llevando a cabo saqueos, robos y asesinatos.

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2) Las amenazas constituidas por los grupos armados locales, tales como el 23M y más de 15 grupos conocidos como Mai-Mai, que se encuentran entre las fuerzas negativas de la provincia.

El Movimiento 23 de marzo supone la mayor amenaza entre todos los grupos locales armados. Tras una guerra interna que surgió a raíz de la capitulación de Bosco Ntaganda, quien, a día de hoy, se encuentra en el Tribunal Penal Internacional , más de 700 militantes del 23M, así como un número importante de civiles, atravesaron las fronteras congoleñas para volver a encontrarse en Ruanda. Entre ellos, destacan Jean Marie Runiga, antiguo presidente del movimiento, el comandante Badege y los coroneles Baudouin Ngaruye e Innocent Kaina, todos ellos inscritos en la lista de la ONU debido a que, a día de hoy, sus actividades en Ruanda violan el compromiso de los países de la región que firmaron el Acuerdo-marco. Este acuerdo estipula que los Estados signatarios se comprometen a no alojar ni ofrecer protección de ningún tipo a las personas acusadas de crímenes de guerra, agresión o a aquellos que hayan sido sancionados por las Naciones Unidas. Por ese motivo, las nuevas autoridades políticas y militares del 23M, Bertrand Bisimwa y Sultani Makenga, tomaron impulso con el fin reorganizar sus unidades y así poder oponerse a las tropas de la Brigada de Intervención de la ONU.

A pesar de las diferentes amenazas proferidas por el 23M a la Brigada de intervención de la ONU, se han dado diversas deserciones en el seno del movimiento rebelde. Según las estadísticas, 519 militares del 23M se rindieron en las bases de la Monusco ya que, según explican, estaban exhaustos a causa de la guerra y no veían ningún futuro en los grupos armados. Ciento dieciséis de ellos han afirmado tener nacionalidad ruandesa, por lo que han sido expatriados por el departamento DDR (Desarme, Desmovilización y Reinserción) de la Monusco.

 

A día de hoy, la Comunidad Internacional conoce las causas de la crisis en el Este y conoce cuáles son los agentes tanto internos como externos que influyen en esta. De esta manera, la Comunidad Internacional es consciente de cuáles son las soluciones a tener en cuenta.

Ruanda, uno de los agentes externos, ha sido identificado con claridad en los informes de los expertos de las Naciones Unidas. No hay ninguna duda de que este país prospera económicamente gracias a la desestabilización del Este y a la explotación ilícita de minerales que se lleva a cabo en la zona. Por ese motivo, Ruanda siempre ha luchado con el fin de apoyar la presencia de militares favorables a sus intereses en la provincia de Kivu del Norte. De esta manera, Ruanda no persigue oponerse a las FDLR, sino favorecer el fraude minero.

 

Finalmente, algunas proposiciones aplicables a diferentes niveles de actuación:

 

– En primer lugar, la actuación de la Brigada de intervención lo antes posible, que debe desempeñar una doble función: disuasiva y ofensiva, ya que la llegada de las tropas a Goma puede suponer el desencadenante de deserciones masivas de los diferentes grupos armados que se encuentran a lo largo de toda la provincia de Kivu del Norte.

 

La segunda actuación consiste en ayudar a la República Democrática del Congo a intervenir rápidamente. Así, la Comunidad Internacional, a través de los apoyos bilaterales o multilaterales, debería formar urgentemente unidades especiales en el seno de las FARDC, capaces de asegurar el relevo de la Brigada una vez que su misión haya finalizado. Al mismo tiempo, las Naciones Unidades deben apoyar los esfuerzos del gobierno congoleño con el fin de crear un ejército republicano y, en definitiva, reformar el sector de seguridad (Ejército, policía, justicia y servicios de seguridad).

 

– La tercera propuesta está vinculada a la lucha contra la impunidad en la región de los Grandes Lagos. En cuanto a este asunto, proponemos que el fiscal del Tribunal Penal Internacional inicie sus investigaciones en cuanto a las masacres, robos, violaciones de los derechos humanos y los crímenes de guerra y genocidio cometidos por los agentes identificados en los informes de los expertos de las Naciones Unidas y de Human RightWatch. Estos informes permitirán dictar nuevas órdenes de detención contra los congoleños o los extranjeros que desestabilizan la Región de los Grandes Lagos y, especialmente, la provincia de Kivu del Norte.

 

La última propuesta hace referencia al apoyo a las organizaciones regionales, especialmente a la Comunidad Económica de los Países de los Grandes Lagos (CEPGL), integrada por Ruanda, Burundi y la RDC. Si bien es cierto que esta organización suele funcionar con normalidad y ayuda a la discusión de los intereses de los diferentes estados, la hipocresía y las mentiras a las que algunos de los miembros recurren no tendrán cabida en esta organización, en la que solamente se pondrán en juego los intereses de los diferentes pueblos. De esta manera, podrá ponerse fin a las continuas guerras que tienen lugar en esta región»[2].

 

El 1 de mayo, con motivo de una rueda de prensa en Kigali (Ruanda), Robinson ha hecho un llamamiento a todos los países signatarios del acuerdo marco de Addis Abeba con el fin de respetar las disposiciones que se presentan en este, entre las que destaca el compromiso a no prestar ayuda ni apoyar a los movimientos rebeldes del este de la República Democrática del Congo.

También ha indicado que la brigada de intervención de la ONU no es un fin como tal: «Desde mi punto de vista, la brigada de intervención es un medio para reforzar las capacidades, pero en ningún caso se trata de una solución global, ya que esta no pasa por ser una solución militar. La solución ha de ser una solución política»[3].

El 2 de mayo, en Kampala (Uganda), ella misma declaraba que «la región debería concentrarse en la aplicación del acuerdo-marco de Addis Abeba» y afirmaba que «la cooperación política basada en este acuerdo-marco debería seguir constituyendo el eje central de los esfuerzos llevados a cabo para resolver los conflictos y lograr la paz, la seguridad y el desarrollo».[4]

2. El 23M SE REBELA

A lo largo del mes de abril, los responsables del Movimiento 23 de marzo establecieron una pequeña base en Kiwanja, al lado de los desplazados y de la entrada principal de los Cascos Azules de la Monusco. Según varias fuentes, el objetivo de esta base pretende impedir que los miembros del 23M que deseen rendirse se entreguen a la Monusco. No obstante, los responsables del movimiento desmintieron estas afirmaciones, ya que, según ellos, el emplazamiento más cercano del movimiento está situado unos 800 metros de la base de los Cascos Azules.

Fuentes locales señalan que los rebeldes que se encontraban en la entrada de la base de la Monusco dispararon el domingo 28 de abril a dos agentes que deseaban entregarse a los Cascos Azules, aunque ninguno de ellos fue herido. Además, estos lograron acceder al interior del campo de la Misión de las Naciones Unidas. Otras fuentes indican que, en la ruta Rutshuru-Goma, los rebeldes habrían instalado, tras varias semanas, otras dos barreras en Rubare y Minigi con el fin de buscar a los miembros que hubieran huido. A principios del mes de abril, ochenta y siete miembros de este movimiento, que han sido reagrupados en la sección de Desarme, Desmovilización, Repatriación, Reinserción y Reasentamiento (DDRRR) de la ONU en Goma, se rindieron ante la Monusco en el territorio de Ruhshuru.[5]

Según explica Omar Kavota, portavoz de la sociedad civil de Kivu del Norte, dos camiones que transportaban armas y municiones entraron en la región tras cruzar la frontera con Gasiza, territorio de Nyiragongo. Estos camiones, escoltados por dos militares ruandeses, llegaron al emplazamiento del 23M en Kibati el 27 de abril en torno a las siete de la tarde (hora local). Tal como apuntan otras informaciones concordantes, tras la retirada de los rebeldes de las negociaciones en Kampala, el movimiento planeaba atacar a las ciudades de Goma, Butembo y Beni al mismo tiempo.[6]

El ejército del Congo habría entregado a los rebeldes tres misiles tierra-aire, cuya presencia en el Congo fue confirmada por las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC). El convoy que los transportaba estaba escoltado por tres especialistas: dos ruandeses y un congoleño que acababan de recibir formación en Ruanda.[7]

El 1 de mayo, las autoridades ruandesas invitaron a la prensa local e internacional, así como a numerosos representantes de cuerpos diplomáticos al centro de detención del este de Ruanda. En este centro se encuentran confinados los 682 rebeldes de la facción de Jean-Marie Runiga del 23M, que cruzaron la frontera que separa a la RDC y Ruanda la noche del 14 al 15 de marzo tras haber sido derrotados por la facción Sultani Makenga. Según explican las autoridades, Ruanda acogió a estos rebeldes por razones humanitarias y fueron desarmados y preparados para su desmovilización. La ministra ruandesa encargada de este asunto, Séraphine Mukantabana, calificó como «una gran mentira» a los recientes rumores sobre un nuevo traslado de una parte de los rebeldes de este movimiento a la República Democrática del Congo. Además, propuso al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el «levantamiento de las sanciones en contra de algunos miembros del 23M», instalados en el campo de refugiados de Ruanda que «han decidido renunciar a formar parte de 23M». De esta manera, estos rebeldes podrían obtener el estatus de refugiados.[8]

El 1 de mayo, el movimiento rebelde nombró nuevos administradores encargados del mando de los territorios de Nyiragongo y Rutchuru; a partir de estos nombramientos, Nriragongo pasaría a encontrarse bajo la responsabilidad de Gaspard Karemera y Danien Manganzini y Javier Rwagati, que serán los encargados de las finanzas y de las cuestiones políticas, respectivamente. Por otro lado, Pascal Azamukunda Rubumba fue nombrado administrador de Rutshuru, reemplazando así a Benjamín Mbonimpa, encargado, desde entonces, de la Secretaría Ejecutiva del 23M. El portavoz de la sociedad civil de Kivu del Norte señaló que estas nuevas designaciones no serán sino una forma de provocación: «Denunciamos estos nombramientos por parte del 23M, que no servirán sino para reforzar una administración paralela en la región de Kivu del Norte. Esta actuación demuestra la determinación del 23M de desestabilizar y de balcanizar la provincia».[9]

El 2 de mayo, Bertrand Bisimwa, nuevo presidente del 23M, exigió un alto al fuego antes de retomar las negociaciones de paz con el gobierno en Kampala.[10]

3. LENTITUD INJUSTIFICADA FRENTE A UNA SITUACIÓN DRAMÁTICA

El 6 de mayo, el obispo de Goma, Théophile Kaboyi, hizo público un informe sobre la alarmante situación de la diócesis de la que se encarga:

«1. Recibimos llamadas de alarma de todos los pueblos informando sobre enfrentamientos, asesinatos, robos, saqueos, robos armados… Un gran número de milicias y grupos armados están sembrando el terror, especialmente en las zonas rurales, a tal escala, que incluso algunas actividades han sido canceladas.

 

En algunos pueblos las personas circulan libremente entre las múltiples barreras y los jóvenes militares que, a veces, tras los efectos de los estupefacientes alarman a todos lo que pasan cerca de ellos, exigen dinero y profieren amenazas de muerte. Muchos de los agricultores y sobre todo las mujeres de mayor edad no tienen el valor suficiente para seguir yendo a los campos, donde pueden ser víctimas de violaciones.

 

2. Los estudiantes y demás jóvenes que no se encuentran escolarizados se ven condenados a vagar por las calles, por lo que es fácil que pasen a formar parte de los grupos armados: es así como se «les roba su infancia» para que aprendan a matar. Algunos de ellos también se unen a las actividades mineras, para las que estos jóvenes son demasiado débiles. Todas las semanas se incendia un municipio, surge una batalla, mueren algunos jóvenes o resultan heridos; los cadáveres invaden los caminos y, durante la fuga de los miembros de la familia, estos no tienen la posibilidad de preparar un funeral apropiado para estas víctimas.

 

3. Durante mi visita a Matanda, un hombre que llevaba en brazos a un bebé de dos meses se encontró conmigo y me pidió que hiciese algo por su hijo justo antes de emprender su regreso a Goma. Él mismo había salvado al bebé cuando el pequeño se encontraba en la espalda de su madre, que había sido atacada por un desconocido. El niño fue confiado a una madre joven que tenía un bebé de un mes, para que lo alimentase y se ocupase, en la medida de lo posible, de la asistencia y de los gastos del pequeño gracias a la ayuda de la parroquia de las Carmelitas. Todo esto refleja la situación incomprensible que venimos describiendo.

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4. En otras zonas, el «tribalismo» (ubaguzi) cobra gran importancia. Las milicias se dan alegremente a la caza de todos aquellos que no formen parte de su tribu, de manera que tienen lugar desplazamientos masivos de familias enteras que huyen a otros lugares desconocidos. Se puede afirmar que el «LOS OTROS» seguirá haciendo frente al «NOSOTROS», por lo que la llegada de una situación pacífica resulta lejana. No se trata de concebir a los demás como una amenaza, sino de ver, sin importar sea cual sea la tribu a la que pertenecen, la posibilidad de descubrir que el concepto «NOSOTROS», que permite que nos identifiquemos y nos proporciona una identidad, es más amplio y más rico de lo que uno se imagina.

 

5. La forma abominable de hacer prisioneros para exigir recompensas se ha convertido en una moneda de cambio habitual; en Rutshuru, se producen secuestros continuamente.

 

-Martes 23 de abril de 2013: Roch NZABANDORA, director técnico, encargado de la Central Hidroeléctrica de Rutshuru.

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– Martes 30 de abril de 2013: Jean Baptista KASEREKA, secretario de la Parroquia de San Aloys de Rutshuru.

 

– Domingo 5 de mayo de 2013: Gratien BAHATI, consejero de Enseñanza Primaria de la Parroquia de San Aloys de Rushuru.

 

6. No obstante, ni siquiera las dificultades más importantes deben llevarnos a la desesperación y la resignación.[11]

 

El 6 de mayo, el gobernador de la provincia de Kivu del Norte, Julien Paluku¸ declaró que al menos 519 rebeldes del movimiento del 23M se han rendido ante el ejército congoleño desde mayo del 2012, fecha en la se creó este grupo. Por su parte, la sociedad civil de Kivu del Norte, teme que estas reintegraciones, que considera «automáticas» supongan una nueva forma de infiltración en el ejército del país. Tal como indican fuentes oficiales, estos rebeldes se reintegran directamente en las FARDC en Bweremana, octava base militar de la región. Para Omar Kavota, estos miembros deberían ser consultados antes de su reintegración y afirma que, «para evitar que estas rendiciones den lugar a futuras infiltraciones, el gobierno debería organizar centros de transición para identificarlos y formarlos antes de su integración. Según declaró el representante de les FARDC, ya se han cerrado las puertas de la estructura militar de integración en Kivu del Norte y del Sur. Además, este ha apuntado que los excombatientes se han puesto a disposición del ejército esperando una solución final».[12]

El 10 de mayo, el portavoz de la Monusco, Madnedje Mounoubai, destacó la llegada de un contingente de militares procedentes de Tanzania llegados a Goma con el fin de organizar el despliegue de la nueva brigada. Mounoubai afirmó: «Estos oficiales, que forman parte del Estado Mayor, serán los que se encarguen de la planificación». El representante también recordó con anterioridad que el comandante de esta Brigada, James Mwakibolwa ya estaba en contacto con algunos miembros del Estado Mayor.[13]

El 13 de mayo, el presidente Joseph Kabila creó un plan de vigilancia nacional para poner en marcha las obligaciones acordadas por el gobierno en el acuerdo-marco de la ONU en el este del Congo. Este comité fue creado para una duración de un año y se dividía en tres comités: directivo, ejecutivo y consultativo. El primero de ellos estaría presidido por el presidente de la República, el Primer Ministro y el vicepresidente y los miembros que lo integrarían serían diferentes ministros, como los ministros de Asuntos Exteriores, de Defensa, del Interior, de Justicia y de Finanzas, así como un coordinador. Por su parte, el Comité Ejecutivo sería el encargado de elaborar un plan de puesta en marcha de los compromisos suscritos y de velar por el cumplimiento de estos. Finalmente, el Comité Consultativo sería responsable de la planificación del diálogo con las fuerzas vivas de la República y estaría formado por personas independientes y representantes políticos y de la sociedad civil.[14]

 

4. LA REANUDACIÓN DE LAS HOSTILIDADES ENTRE EL 23M Y LAS FARDC

El 20 de mayo, el Movimiento del 23 marzo y las FARDC se enfrentaron en Mutaho (sector de reagrupación de Kibati, en Nyirangongo), a unos 10 kilómetros del norte de la ciudad de Goma, capital de Kivu del Norte. La Monusco señala que cerca de mil personas que huyeron durante estos combates se refugiaron en los campos de desplazados de Mugunga.

Las FARDC acusan al 23M de haber atacado sus posiciones en Mutaho. Según el portavoz del ejército, el coronel Hamuli, el 23M planea pasar por esta localidad para llegar a Mugunga e impedir que el ejército pueda abastecerse. Mugunga, barrio situado en las afueras de Goma, es la principal vía de entrada a la ciudad. Hamuli ha señalado que el Movimiento 23 de marzo amenaza, desde hace una semana, con atacar nuevamente la ciudad de Goma para así obstaculizar el desplazamiento de la brigada de intervención de la Monusco encargada de la neutralización de los grupos armados.

En lo referente al 23M, el presidente del movimiento, Bertrand Bisimwa, niega estas acusaciones e indica que este movimiento tan solo buscaba expulsar de Mutaho a los rebeldes ruandeses que formaban parte de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda desde hacía varios días. El presidente ha declarado: «Cuando nuestras tropas fueron en busca de agua a los pozos se encontraron con las FDLR: les hemos cogido. A partir de entonces, las FARDC comenzaron a atacar nuestras posiciones», acusando a Kinshasa de haber demostrado sus intenciones de «retomar la guerra para precipitar el despliegue de la brigada de intervención». Tras los tiroteos, la calma ha vuelto de forma relativa Mutaho. El gobernador de Kivu del Norte, Julien Paluku, opina que el 23M ha vuelto a iniciar los combates para confundir a la brigada internacional y debido al temor que supone la llegada del Secretario General de las Naciones Unidas, cuya visita tendrá lugar el miércoles 22 de mayo. Además, la Monusco ha expresado su preocupación frente a esta reanudación de las hostilidades y ha explicado que se tomarán soluciones de carácter diplomático y político y que todos los esfuerzos persiguen poner fin a estos enfrentamientos.[15]

 

En la mañana del 21 de mayo, se retormaron los enfrentamientos entre el movimiento rebelde y las FARD en Mutaho. Las fuentes locales explican que los rebeldes lanzaron una ofensiva sobre la localidad de Mujoga, situada a 4 km de Mutaho. Olivier Hamuli asegura que la rebelión ha sido apoyada por Kibati y Kibumba, que han proporcionado tanto combatientes como armas al movimiento rebelde. El representante del gobierno del Congo, Lambert Mende, ha declarado que quince miembros del 23M murieron y veintiuno fueron heridos durante los combates. Además, cuatro militares congoleños de las FARDC también perecieron durante los enfrentamientos. Mende también ha señalado que «gracias a las fuerzas regulares del ejército congoleño se han recuperado armas pesadas y numerosas municiones procedentes del exterior ». Finalmente, el portavoz afirmó que «esta ofensiva del movimiento rebelde pretende disuadir e impedir el despliegue de las fuerzas internacionales especiales, así como perturbar la llegada del Secretario General de la ONU a Kinshasa». Según otras fuentes, el 23M habría reanudado las hostilidades con el fin de obligar al gobierno del Congo a aceptar un alto al fuego y a retomar, nuevamente, y aún en un estado de debilidad, las negociaciones en Kampala.[16]

 

El 21 de mayo, el vicepresidente de la sociedad civil de Kivu del Norte, Omar Kavota, denunció la presencia de militares ruandeses entre las filas de los rebeldes del 23M. Este señaló que era previsible que estos enfrentamientos volvieran a tener lugar, explicando que los rebeldes ya «lo tenían todo planificado». «Era previsible. Poseíamos informaciones fiables que indicaban que el ejército ruandés apoyaba a este movimiento. Desde el fin de semana pasado, hemos advertido a las autoridades de las intenciones del 23M de atacar la ciudad de Goma y de desafiar a la Brigada de intervención de la ONU». El vicepresidente también ha declarado que al comienzo de estos combates que «más de trescientos componentes del ejército ruandés han cruzado la frontera con Gasizi para encontrarse con el 23M». Y añade que la sociedad civil de Kivu del Norte había alertado varias veces a las autoridades congoleñas de la planificación de estos enfrentamientos por parte del movimiento rebelde. «Creemos que las autoridades han hecho oídos sordos a estas advertencias y no han tomado medidas». Omar Kavota también ha pedido que la Brigada de intervención «se pusiese manos a la obra», afirmando que «está en peligro la seguridad de los varios millones de personas que viven en Goma y en sus alrededores». Por otro lado, la Monusco no ha confirmado, ni tampoco desmentido la presencia de militares procedentes de Ruanda en los enfrentamientos entre el movimiento rebelde y el ejército congoleño.[17]

El 21 de mayo, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, declaró que era necesario «acelerar» el despliegue de la brigada de la Monusco durante el transcurso de una visita a Mozambique: «Atendiéndonos a las circunstancias, debemos acelerar el despliegue para que así puedan actuar lo antes posible».[18]

 

El 22 de mayo, el curso de las actividades en Goma sufre una ralentización  con motivo de la intensificación de los combates entre las FARDC y el 23M en Mutaho. Según ciertas informaciones, un gran número de guarderías y colegios no abrieron sus puertas; los centros escolares que abrieron por la mañana enviaron a los alumnos a casa al cabo de unas horas.

Estas mismas fuentes señalan que en el centro de Goma, los comercios y los bancos abrieron pero que los habitantes de la ciudad no acudieron a ellos. En lo referente a las aduanas, los agentes encargados de los controles fronterizos afirman que el flujo de personas que van y vuelven de Ruanda ha disminuido desde ayer. El temor se manifiesta en los barrios periféricos del noroeste de Goma, especialmente en Majengo, Mabanga del Norte, Katoyi, Kasika, Nyabushongo, Ndosho y Mugunga, territorios cercanos a Nryragongo. Se lanzaron algunos proyectiles en los barrios de Ndosho y Mugunga. Tal como indica el representante militar de Kivu del Norte, Olivier Hamuli, todos estos explosivos fueron lanzados por los rebeldes del 23M desde su emplazamiento en Kibati. Según fuentes locales, los desplazados del campo de Mugunga III están huyendo hacia otras zonas situadas más al sur.Todos los habitantes del barrio de Ndosho, salvo aquellas personas que todavía se encuentran atrapadas en sus casas, también están huyendo El Alto Comisariado de refugiados de la ONU explica que más de 30.000 personas han huido del campo de desplazados de Goma. Simplice Kpandji, encargado de la comunicación de la oficina regional de HCR en Kinshasa ha señalado que«el centro de desplazados de Mugunga I, que cuenta con 55.000 miembros, ha perdido al 45% de ellos y, en el caso del centro de Mugunga III, que albergaba a 13.000 cuenta ahora con un 70% menos de refugiados».[19]

 

El 22 de mayo, el 23M declaró que estaba listo para un cese inmediato de las hostilidades frente al ejército, con el fin de facilitar la visita del Secretario General de la ONU a Goma. Amani Kabasha, su portavoz, declaró, por la tarde, que el movimiento rebelde exige una tregua formalizada mediante un acuerdo de alto el fuego firmado por ambas partes y reclama también la reanudación de las negociaciones en Kampala. Amani Kabasha amenaza con una reacción «enérgica» por parte del movimiento rebelde si el ejército congoleño no respeta la tregua.[20]

5. LA VISITA DE BAN KI-MOON A LA RDC Y RUANDA

El 22 de mayo, Ban Ki-moon, Secretario General de la ONU, llegó a Kinshasa, acompañado por el Presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim; Mary Robinson, enviada especial de las Naciones Unidas en la Región de los Grandes Lagos y Hervé Ladsous, encargado de las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU. Este último animó al pueblo congoleño en Kinshasa a no renunciar a la esperanza, señalando que el objetivo de su visita a la RDC es el de expresar la solidaridad de las Naciones Unidas y apoyar la puesta en marcha del acuerdo-marco para la paz, la seguridad y la cooperación entre la RDC y la región, que fue firmado en Addis-Abeba el 24 de febrero por once países de la Región. Ki-moon apeló al respeto de la aplicación del acuerdo en el Este del país y consideró que este debería aplicarse tanto dentro como fuera de la República del Congo, para que la paz reine no solamente en el este país, sino en toda la región de los Grandes Lagos.

 

Una vez finalizada la entrevista entre el Secretario General y el presidente Kabila, Ki-moon declaró cierta inquietud acerca de la reanudación de hostilidades cerca de Goma e insistió en la creación de una brigada de intervención con un mandato reforzado en el Este de la RDC. Según ha indicado, esta es la primera de las acciones que la ONU llevará a cabo. En el transcurso de una conferencia de prensa, este mostró su preocupación en relación a la seguridad en Kivu del Norte. Por ese motivo, el secretario propuso a ambos bandos un alto al fuego con el fin de resolver esta crisis de forma pacífica. Este también ha solicitado la reanudación de las negociaciones en Kampala para encontrar una solución pacífica y duradera. Ban Ki-moon recibió numerosas felicitaciones tras la creación de un cuerpo nacional de vigilancia que, ensu opinión, ayudaría a asegurar la puesta en marcha de las principales reformas, el diálogo político y la reconciliación nacional.[21]

Por su parte, el presidente del Banco Mundial ha anunciado que proporcionará a la Región de los Grandes Lagos una ayuda de mil millonesde dólares americanos sin intereses. Este fondo permitirá financiar sectores como el de la energía hidroeléctrica, las carreteras, el comercio exterior, la sanidad y el empleo.

Un comunicado del Banco Mundial señaló que la financiación de proyectos de agricultura y la mejora en los medios de vida de las zonas rurales para los desplazados de los países de la región requieren unos cien millones de dólares americanos. Por otro lado, el precio del proyecto hidroeléctrico Rusumo Falls con una potencia de 80 megavatios y cuyos beneficiaros serían Burundi, Ruanda y Tanzania alcanzaría los 340 millones de dólares. De entre los cuales 150 millones se destinarán al desarrollo de proyectos hidroeléctricos en Ruziz I y II y a la financiación de Ruzizi III, que abastecerá de electricidad a Ruanda, Burundi y la RDC. Además, se invertirán 165 millones de dólares para la construcción de carreteras en la RDC, en las dos provincias de Kivu y la Provincia Oriental. Por último, se destinarán 180 millones de dólares a la mejora de infraestructuras y la gestión de recursos fronterizos entre Ruanda y el Congo.[22]

Según explica el presidente del Banco Mundial « esta financiación permitirá reactivar el desarrollo económico, crear empleo y mejorar las condiciones de vida de los pueblos que sufren desde hace tiempo». Por otro lado, Ban Ki-moon opina que «estas inversiones ayudarán a respaldar de formar directa la puesta en marcha del acuerdo-marco para la paz, la seguridad y la cooperación firmada también por Kabila”. Además, estima que «la paz y la estabilidad no son solo una cuestión de seguridad» y que es necesario «hacer frente a la pobreza, una de las causas principales del conflicto». Es decir, la ONU y el Banco Mundial han llegado a un acuerdo para llevar a cabo un planteamiento que permita mantener la paz en los Grandes Lagos y la puesta en marcha de proyectos de desarrollo. No obstante, ¿qué representan mil millones de dólares para un espacio en el que el nivel de desarrollo se mide en cientos de miles de millones?

Ya en la primera de las estrategias llevadas a cabo por el Banco Mundial para la RDC, este había cifrado las necesidades de desarrollo del Congo en 5 mil millones de dólares al año.¿No podría interpretarse el hecho de que la ONU y el Banco Mundial se feliciten ahora por comprometerse a proporcionar mil millones a la región de los Grandes Lagos como una falta de respeto hacia los cinco millones de personas fallecidas en el Este del Congo? Es cierto que la ONU y el Banco Mundial se equivocaron, ya que, en lugar de hacer referencia a los verdaderos problemas, prefirieron limitarse a los problemas periféricos que nada tienen que ver con la necesidad de una llegada inmediata de la paz a la región. De esta manera, ambos perdieron la ocasión de lanzar un mensaje de confianza al pueblo congoleño, torturado durante años por la guerra con Ruanda y por todos aquellos países occidentales que le apoyan en la sombra y que  luchan por hacerse con los recursos naturales del Congo sistemáticamente y a cualquier precio.[23]

Esta visita tiene una importante dimensión económica, ya que, en efecto, los dos dirigentes indican que esta inversión masiva en la economía ayudaría, automáticamente, a mejorar la situación. Si bien es cierto que estas inversiones en proyectos de desarrollo resultan útiles, no aseguran la paz. Ban Ki-moon y Jim Yong Kim deben tener en cuenta uno de los factores principales en el conflicto de esta región, que tiene una dimensión económica importante. Desde finales de los años 90, muchos de los combatientes se alimentaban de los recursos mineros de las regiones de Kivu para fortalecerse y abastecerse de armas. Esta situación todavía perdura debido a la incapacidad de los estados de sancionarlos y la participación de agentes económicos en esta economía de guerra. Esto no solo afecta a la República Democrática del Congo, sino también a Ruanda,a Uganda y a otros países del Tercer Mundo. Esta impunidad frente al saqueo de los recursos naturales en beneficio de los grupos armados deriva de la ausencia o la insuficiencia de dispositivos internacionales que puedan impedir que estos recursos accedan al mercado internacional.

Si Ban Ki-moon y Jim Yong Kim desean poner fin a este ciclo de violencia armada en la región, deben comprometerse a promover, a nivel internacional, las iniciativas vinculantes que se impondrían a los agentes económicos el «deber de auxilio». Este deber es una simple iniciativa para obligarlos a excluir a sus cadenas del abastecimiento de minerales cuya explotación y comercio favorecen la violencia. Esto permitirá contradecir los intereses de Ruanda y poner fin a su campaña de desestabilización de la región de los Grandes Lagos.[24]

En la mañana del 23 de mayo, Ban Ki-Moon llegó a Goma, donde fue recibido en el aeropuerto por el gobernador de Kivu del Norte. Tras los enfrentamientos entre el 23M y las FARDC en Mutaho, la situación se calmó según avanzó el día. Según Julien Paluku, la visita de Ban Ki-moon refleja la intención de las Naciones Unidas de materializar la firma del acuerdo-marco de Addis-Abeba, así como la Resolución 2098, por la que se crea una Brigada de Intervención de la Monusco (encargada de acabar con los grupos armados del Este de la RDC).[25]

Ban Ki-moon anunció que el despliegue de esta brigada sería efectivo «en dos meses» y apuntó que «esta vez, vamos a llevar a cabo el mandato tradicional de las operaciones de las operaciones de mantenimiento de la paz. Se trata de un mandato particular porque busca imponer la paz, puesto que es necesaria».

Ki-moon visitó el hospital Heal Africa, encargado de las víctimas de abusos sexuales. Según indicó Willian Bonane, médico en Heal Africa, el hospital contó 6.500 casos de violaciones en 2012 y 2.500 más en el primer semestre del 2013. Una manifestación llevada a cabo por un grupo de mujeres tuvo lugar justo delante del hospital, entre cuyos mensajes destacan: «En Kampala no», «Nos negamos a cualquier tipo de acuerdo» y «¿Negociaciones hasta cuándo?», haciendo referencia a las negociaciones que están teniendo lugar en Kampala.

La directora asociada a la Confederación de las Organizaciones de Oxfam en el Congo, Joanna Trevor señala que «la brigada de intervención aportará cierta seguridad, pero no puede resolver todos los casos reales de violencia en la RDC por sí sola». Según apunta, es necesario invertir en diferentes fuerzas de seguridad «fuertes y fiables», un poder «al servicio del pueblo» y un sistema judicial que obligue a rendir cuentas a todos aquellos que violen los derechos humanos . [26]

El Jefe Ejecutivo Provincial, Julien Paluku, ha denunciado las iniciativas ruandesas para mantener la paz en Kivu del Norte, bajo ataques constantes,  y  ha señalado que los movimientos rebeldes creados deliberadamente en Ruanda utilizan esos ataques para hacerse con las riquezas de los congoleños.

Paluku ha explicado que la presencia de rebeldes hutu ruandeses en el Congo (FDLR), rebeldes procedentes de Uganda (Adf-Nalu), una decena de grupos armados nacionales (Mai-Mai) y la explotación ilícita de los recursos naturales por parte de Ruanda son las dos causas principales de la inseguridad en la región. Para llegar a esa situación, Ruanda ha logrado llevar a cabo todo un programa de creación de milicias locales, sirviéndose de los congoleños que Kagame había utilizando en Ruanda en el ejército del país en los años 90. Estas milicias regresaron al Congo por medio de diferentes rebeliones (Afdl, Rcd, Cndp, actualmente, 23M), donde han sido integrados en las Fuerzas Armadas reclamando la nacionalidad congoleña. Todavía más preocupante es el hecho de que el gobierno de Kigali reenvíe a los frentes del 23M a antiguos FDLR desmovilizados a través del DDRRR de la Monusco para que combatan. Muchos de ellos son capturados o se rinden ante las diferentes bases de la Monusco y son repatriados a Ruanda.

Julien Paluku ha insistido en que el despliegue inmediato de vehículos aéreos no tripulados de vigilancia antes del comienzo de las operaciones podría permitir todas las incursiones nocturnas y apoyos logísticos de Ruanda al 23M, ya que, las nuevas armas, la municiones y la artillería pesada que emplea el movimiento rebelde no es sino una muestra elocuente del apoyo exterior del que se beneficia esta máquina de matar. En cuanto al comunicado de que los países de la región recibirían una ayuda de mil millones de dólares, Paluku ha apuntado que«ya que los países de la región y, especialmente, Ruanda, han saqueado la RDC continuamente, resulta incoherente financiar a estos países que se han enriquecido a costa de la miseria de la RDC, destruyendo las infraestructuras socioeconómicas de base de este país. Este dinero debería concederse sobre todo al Este para su activación económica en vistas de superar el retroceso económico impuesto por las continuas guerras. Esto crearía empleo suficiente para los jóvenes que son recluidos en las diferentes rebeliones».[27]

Tras la marcha de Ban Ki-moon, la sociedad civil de Kivu del Norte ha señalado estar «muy decepcionada con la breve estancia» de Ban Ki-moon en Goma. El presidente, Thomas-D´acquin Mwiti, ha estimado que el Secretario General de la ONU debería recibir a los diferentes segmentos de la población para así poder comprender mejor la situación que prevalece en esta provincia a causa de las actuaciones de los grupos armados desde hace más de veinte años. Este indica que Ban Ki-moon ha escuchado a algunas personas, como al gobernador, pero que no ha tenido tiempo suficiente para escuchar al pueblo y comprender la situación. [28]

Además de Goma, el Secretario General de las Naciones Unidas, visitará Ruanda, donde se encontrará con Paul Kagame. No hay ninguna duda de lo que el representante de Kigali le explicará a su invitado. Una antigua cuestión de seguridad que se remonta a los años de genocidio, más virtual que real y que se esconde tras unos intereses de comercio. Esta historia termina inevitablemente con que el presidente de Ruanda «se lava las manos» en lo referente al conflicto del Congo. Frente a esta actuación y a la espera de la integridad del territorio del Congo, ¿qué puede hacer Ban-Ki-moon? Buena pregunta. Sin embargo, la clave para la transformación de los Grandes Lagos dependerá de la reacción de los primeros diplomados de la ONU frente a los argumentos de Kigali. En caso de que Ban-Ki-moon se refugiase en el diálogo y se negase a describir la naturaleza del conflicto en curso en Kivu, la situación continuaría. El 23M puede compararse a la fiebre, mientras que la verdadera enfermedad se encuentramás allá de la frontera, por lo que Ruanda y, en cierta medida, Uganda son los causantes del conflicto. Por tanto, el representante de la ONU debería ser claro con Paul Kagame. Como diplomático, sabe que nada es seguro cuando se utiliza el diálogo; es este diálogo el que hay que mantener con Kigali para poder restaurar la paz pacíficamente. La jurisprudencia de las continuas guerras en el Este del Congo explica que las diferentes rebeliones que han surgido en el seno del ejército regular tienen que ver con las órdenes de Kigali. De esta manera, la solución a esta continua guerra que martiriza al pueblo congoleño tan solo puede encontrarse en la capital ruandesa.[29]

El 24 de mayo, Ban Ki-Moon, visitó Kigali y afirmó que Ruanda juega un papel «esencial» a la hora de garantizar la paz en el Este del Congo. Además, pidió al jefe de estado de Ruanda, Kagame, que este emplease su carisma político para alcanzar la paz, la seguridad y el desarrollo en la región de los Grandes Lagos. Según la opinión de Ban Ki-moon, Ruanda desempeña un papel muy importante en la puesta en marcha del acuerdo-marco de Addis Abeba, acuerdo que prohíbe a los países signatarios apoyar a los grupos armados concentrados en el Este de la RDC. Además, en la temprana declaración ante la prensa, en ningún momento se hace referencia al aspecto político del acuerdo, ni al futuro despliegue de la brigada especial, así como tampoco se apela a la cuestión del apoyo de Ruanda al 23M. Ban Ki-moon y Jim Yong Kim se contentan con observar el desarrollo económico de Ruanda y su éxito en materia de igualdad entre hombres y mujeres.



[1] Cf Radio Okapi, 28.04.’13

[3] Cf RFI, 02.05.’13

[4] Cf Angelo Mobateli – Le Potentiel – Kinshasa, 04.05.’13

[5] Cf Radio Okapi, 30.04.’13

[6] Cf Christian Elongo Selemani – La Référence Plus – Kinshasa, 02.05.’13

[7] Cf Angelo Mobateli – Le Potentiel – Kinshasa, 30.04.’13

[8] Cf RFI, 01.05.’13; Angelo Mobateli – Le Potentiel – Kinshasa, 01.05.’13

[9] Cf Radio Okapi, 01.05.’13

[10] Cf Xinua, 03.05.’13

[12] Cf Radio Okapi, 06.05.’13

[13] Cf Radio Okapi, 10.05.’13

[14] Cf Le Potentiel – Kinshasa, 14.05.’13

[15] Cf Radio Okapi, 20.05.’13

[16] Cf Radio Okapi, 21.05.’13

[17] Cf Radio Okapi, 22.05.’13

[18] Cf Belga – Rtbf, 21.05.’13

[19] Cf Radio Okapi, 22.05.’13

[20] Cf Radio Okapi, 22.05.’13

[21] Cf Radio Okapi, 22.05.’13; Gode Kalonji Muk – La tempête des Tropiques – Kinshasa, 23.05.’13; Mathy Musau – Forum des As – Kinshasa – Kinshasa, 23.05.’13

[22] Cf La Référence – Kinshasa, 23.05.’13

[23] Cf Le Potentiel – Kinshasa, 23.05.’13

[24] Cf Le Nouvel Observateur/Le Potentiel – Kinshasa, 23.05.’13

[25] Cf Le Potentiel – Kinshasa, 23.05.’13

[26] Cf AFP – Belga – 7 sur 7, 23.05.’13

[27] Cf L’Avenir – Kinshasa, 24.05.’13

[28] Cf Radio Okapi, 24.05.’13

[29] Cf José Nawej – Forum des As – Kinshasa. 23.05.’13

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Traducción realizada dentro del proyecto PerMondo. Este proyecto traduce gratuitamente para ONG y organizaciones benéficas. Proyecto dirigido por Mondo Agit. Traductora:  Laura España

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