Congo Actualidad n. 145

Índice

 EDITORIAL: el precio de la paz

1.KIVU

a. Defección de las tropas procedentes del CNDP al seno de las FARDC.

b. Las declaraciones que siguieron.

c. Rendición de los desertores.

d. Joseph Kabila anuncia su intención de arrestar a Bosco Ntaganda.

e. Bosco Ntaganda: el eslabón entre Joseph Kabila y Paul Kagame

f. El Kivu: ocupado y sin paz.

g. Dos buenas noticias… lo esperamos!

 

EDITORIAL: el precio de la paz

 

A comienzos de abril, en las dos provincias de Kivu, varias centenas de militares han desertado de las filas de la armada. Se trata de militares procedentes el Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), integrados a la armada nacional en 2009 pero siempre bajo el mando del general Bosco Ntaganda, el cual pertenece igualmente al CNDP, un movimiento político militar fomentado y sostenido por el régimen ruandés y transformado actualmente en partido político, miembro de la Mayoría Presidencial (MP).

Las deserciones tuvieron lugar en marzo, después que la Corte Penal Internacional (CPI) hubo renovado su demanda al gobierno congolés de detener al general Bosco Ntaganda, objeto de una orden de arresto internacional expedido en 2006, por reclutamiento de niños soldados y crímenes de guerra cometidos en el distrito de Ituri en 2002-2003.

Oficialmente, Ntaganda es encargado de la integración de las tropas del CNDP en la armada nacional. En realidad, sostiene el mando de la operación militar “Amani Leo” (paz hoy) dirigida contra los grupos armados, nacionales y extranjeros, permanentemente activos en Kivu, especialmente las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR). Aparentemente, parece tratarse de una operación militar normal y necesaria. Pero, como en otras operaciones similares anteriores, “Umoja Wetu” (Nuestra Unión) y “Kimia II” (Silencio II), junto a “Amani Leo”, la población local es víctima de una multitud de daños colaterales graves y desproporcionados (ataques a las poblaciones, robos, violaciones, arrestos, destrucción de campos, incendios de casas…) a punto tal que la población civil ha tenido que abandonar sus casas y todas sus actividades para refugiarse en la selva. Al mismo tiempo, nuevos “ocupantes”, ruandeses y hasta poblaciones de habla ruandesa, se han instalado en las casas y los campos abandonados por la población local.

La población local está convencida de que, detrás de las diversas operaciones militares, hay un plan muy preciso: forzarlos a abandonar sus tierras para instalar allí poblaciones de origen ruandés, para el control de las minas de estaño, oro, óxido de hierro, manganeso y tungsteno, que rebasan el suelo de los dos Kivu. Esta sospecha de la población es confirmada por los diferentes informes del grupo de expertos de las Naciones Unidas el cual, en reiteradas oportunidades, han denunciado la implicancia de las tropas del CNDP, y sobretodo de Bosco Ntaganda, en la explotación ilegal y el comercio clandestino de minerales. No es difícil establecer una relación entre el CNDP de Ntaganda y la ocupación de poblaciones de habla ruandesa de Kivu. Aunque sea general de la armada congolesa, Ntaganda está al servicio de los intereses del régimen ruandés en Kivu.

Según numerosos observadores, Ntaganda es el lazo de unión entre Kagame y Kabila. Este es la cadena, o el cable, que mantiene a Kabila en una situación de dependencia de Kagame. En este contexto, como consecuencia de la demanda de la CPI al gobierno congolés, para que ejecute el mandato de detención mencionado, Ntaganda ha organizado un plan militar de auto defensa, apoyándose en la lealtad de algunos de sus militares. La retirada de éstos de la armada nacional es una demostración de su lealtad hacia Ntaganda.

El presidente Joseph Kabila se dirigió a Goma y a Bukavu (Norte y Sur de Kivu) para dar solución al problema personalmente. En una atenta lectura de sus declaraciones, las medidas que anunció aparecen como débiles y ambiguas, casi signos de complicidad.

Las deserciones de los soldados del CNDP han quedado reducidas a un simple fenómeno de indisciplina militar, independientemente de la amenaza que las tropas del antiguo CNDP representan para la seguridad de la población civil, la soberanía nacional y la integridad territorial.

La eventual detención de Ntaganda podría estar motivada por sus recientes actos de “insubordinación”, sin tener en cuenta los crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos anteriormente no sólo en Ituri, sino también en Kivu, ni de su implicancia directa en la explotación ilegal de minerales, ni de la demanda de arresto pronunciada en su contra por la CPI.

La transferencia de la coordinación de las operaciones militares contra los grupos armados, del comando de “Amani Leo”, mantenido hasta hoy por oficiales del CNDP, al comando de las regiones militares, es capaz de traer aparejado la absorción del comando militar provincial por la cadena paralela del CNDP.

En ningún momento se ha aludido a la relación existente entre Ntaganda y el régimen ruandés, ni a las consecuencias derivadas de la misma. Sin embargo, el propio texto de la demanda de arresto librado por la CPI contra Ntaganda, lo identifica como un ciudadano “supuestamente ruandés”.

Probablemente no es este el mejor momento para detener a Bosco Ntaganda, ya que las tropas que le permanecen fieles están alerta y dispuestas a todo con el propósito de defenderlo a cualquier precio, con el riesgo de sembrar el terror entre la población civil. Debería ser arrestado antes. Esto deberá hacerse lo más pronto posible, para ser transferido inmediatamente a la CPI.

Finalmente, el pueblo congolés en general, y la población de Kivu en particular, esperan del Jefe de Estado una verdadera reforma de la armada, que le permita afirmar la seguridad y la integridad territorial. En el corto plazo, será necesario nombrar oficiales verdaderamente nacionalistas a la cabeza de los comandos militares, tanto a nivel nacional como provincial. Seguidamente, es urgente el desplazamiento de tropas del CNDP de Kivu hacia otras regiones militares del país. En caso de negativa, el Jefe de Estado procederá a la aplicación de las sanciones previstas por el Código Militar. A largo plazo, con el objeto de disponer de una verdadera armada republicana y no de un conglomerado de aventureros surgidos de antiguos grupos armados y de antiguos movimientos rebeldes, deberá pensarse en una nueva composición de la armada, formada por el reclutamiento de nuevos efectivos, basados en criterios de libre elección personal, de profesionalismo y de una remuneración adecuada. Este es el precio de la paz.

 

1.KIVU

 

a. Defección de tropas de las FARDC surgidas del CNDP

 

En la noche del domingo 1º al lunes 2 de abril, al norte de Kivu, algunos militares de la ex Rebelión del Congreso nacional para la defensa del pueblo (CNDP) dejaron sus posiciones en Rubare, a 12 km. al Sur de la ciudad cabecera del territorio de Rutshuru para dirigirse al Sur hacia la localidad de Katale.

En la mañana del lunes 2 de abril, otros militares de las FARDC habían dejado los Estados Mayores del 804º regimiento, en Nyongera cerca de Kiwanja, a manos de los militares ex CNDP. Estos movimientos de militares han provocado el pánico en el seno de la población.

Fuentes próximas de las FARDC en Rutshuru han declarado que los militares ex CNDP del 804º regimiento habrían respondido a una orden proveniente de Masisi, donde militares próximos al general Bosco Ntaganda han igualmente abandonado sus posiciones para retirarse hacia Kitshanga.

En la noche del sábado 7 de abril, el comandante del 805º regimiento de las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC) del campo de Nyongera, en territorio de Rutshuru (Nord-Kivu), el coronel Innocent Kayona ha desertado.

Según fuentes militares, este oficial ha llevado consigo setenta hombres y destruido dos jeeps nuevos pertenecientes a los militares de las FARDC y un depósito de armas y municiones antes de huir.

Otras deserciones de militares de las FARDC originarios del CNDP han sido registradas en Uvira, Baraka, Fizi, Nyabibwue, Mwenga, Shabunda y Kamituga en la provincia del Sud-Kivu.

El Coronel Sylvain Ekengue, portavoz de la operación “Amani Leo” reconoce que algunos militares han abandonado sus regimientos sin dar explicaciones. Pero destaca que la situación ha vuelto a ser controlada por las FARDC. Ha afirmado asimismo haber cortado el camino a los oficiales desertores que intentaban apoderarse del depósito de armamento y del polvorín de Baraka, al Sur de Kivu. Ha explicado que “hay militares, oficiales, que han sido manipulados y que han caído en esa trampa, desconozco el motivo. Esto no tiene relación con el pago, ya que todo el mundo ha cobrado sus sueldos; no tiene nada que ver con la ración, ya que todo el mundo ha sido atendido desde hace dos semanas. Estas son intenciones maquiavélicas que es necesario combatir. Es él quien intenta dividirnos, es su problema”.

En la noche del 8 de abril, en Bunagana, puesto fronterizo entre la RDC y Uganda, situado a más de 100 km. al Noreste de Goma, en el Nord-Kivu, se han producido enfrentamientos entre militares leales y algunos militares del 805º regimiento en retirada. El portavoz de las operaciones “Amani Leo”, Sylvain Ekengue, ha afirmado que se trataba de una “operación de rastrillaje”. Después de más de tres horas de combate, los soldados amotinados que intentaban instalarse en la ciudad, se batieron en retirada. No hay ningún resultado oficial disponible sobre estos enfrentamientos. Pero fuentes concordantes anticipan un balance de dos muertos, seis heridos y doce amotinados capturados.

 

El 12 de abril, en el Sud-Kivu, las Fuerzas armadas de la RDC (FARDC) continúan rastreando a cuatro oficiales militares desertores el 30 de marzo último. Estos oficiales continúan evadidos a la cabeza de 140 hombres de tropa.

Según fuentes de la 10º región militar, los oficiales desertores han sido expulsados el 11 de abril por las FARDC de las localidades de Kashama y Muhuzi, en las altas mesetas de la llanura de Ruzizi. Actualmente se encontrarían en los alrededores de la localidad de Ruhuha, en las montañas que dominan el territorio de Mwenga.

Esas mismas fuentes afirman que los desertores avanzan hacia el puesto de encuadre administrativo de Kasika, en Mwuenga, con el objetivo de llegar a Masisi, en el Nord-Kivu.

Otros trescientos veintiún amotinados ya se han rendido a las FARDC en ocasión de diferentes enfrentamientos. Se hallaban reunidos el jueves 12 de abril en el centro de formación complementaria de Luberizi.

 

Los cuatro oficiales desertores son todos coroneles. Se trata de:

  • Bernard Byamungu: ex comandante del 9º sector en Uvira.
  • Sadam Edmond: comandante del 10º sector en Fizi
  • Nsabimana: comandante del 105º regimiento en Baraka.
  • Eric Ngabo, alias Zairois: comandante del 2º batallón del 104º regimiento en Uvira

Estas deserciones de militares surgidos del CNDP ocurren en el momento en que voces de la comunidad internacional se hacen escuchar solicitando la transferencia del general Bosco Ntaganda a la Corte Penal Internacional (CPI) El nombrado está bajo pedido de arresto de esa corte. En el veredicto expresado el 14 de marzo en el proceso de Thomas Lubanga, ex señor de la guerra de Ituri, los jueces de la CPI habían reconocido la complicidad del general Ntaganda en el reclutamiento de niños menores de 15 años en las milicias. Kinshasa siempre resistió a la presión internacional argumentando que Bosco Ntaganda era capaz de desestabilizar la región y provocar un nuevo conflicto si se sentía perseguido

La Comunidad tutsi de Nord-Kivu ya había publicado, el 15 de marzo, una carta abierta al Secretario General de la Naciones Unidas en la cual afirma que “el arresto del General Bosco traería aparejadas consecuencias indeseadas por la comunidad de Tutsi igual que para la región… El arresto de Bosco va a echar por tierra todo el proceso de paz en RD Congo.”

 

b. Las declaraciones que siguieron

 

El 6 de abril, en un comunicado firmado por el ministro de Comunicación interino, el gobierno congolés dice “estar preocupado por la inseguridad que castiga actualmente a las provincias del Nord y Sud Kivu” y llama a “los hombres de las tropas indisciplinadas a la obediencia estricta de la disciplina militar”. En otro comunicado publicado el mismo día, el comandante de las operaciones de las Fuerzas Armadas congolesas (FARDC) en Goma, llama a “todos los militares bajo su mando a la disciplina y a la lealtad”.

 

El 6 de abril, en el curso de una sesión informativa en Bukavu (Sud-Kivu), la representante especial adjunta del secretario general de las Naciones Unidas en RCD, Leila Zérouigoui ha invitado al gobierno a tomar medidas punitorias contra los militares de las Fuerzas Armadas de la RCD (FARCD) que han intentado desertar. Según los dichos de la representante especial adjunta del secretario general de Naciones Unidas en RCD, es tiempo que el Estado congolés diga: “Basta!” a los causantes de estas revueltas y otros militares causantes de problemas, para que respondan por sus actos. “No debe aceptarse que estos militares vengan a negociar su reincorporación a la armada y enseguida exigir grado”, se ha opuesto.

 

El 8 de abril, el portavoz de la sociedad civil de Nord-Kivu, Omar Kavota, ha solicitado al jefe de Estado, Joseph Kabila, que se implique personalmente en estos asuntos de deserción y que inicie sanciones ejemplares contra los desertores para poner fin a este fenómeno que contribuye a inquietar aun más a la población.

 

El nueve de abril, el Presidente Joseph Kabila llegó al atardecer a Goma, cabecera de Nord-Kivu, para ponerse al corriente de la situación de la seguridad en esa región. Venía precedido en la mañana por el Jefe de Estado mayor de la armada, el general Didier Etumba. Este declaró a su llegada que “aquellos que no quieren someterse al orden republicano serán cercados por la armada” en alusión a la deserción de ciertos oficiales de las FARDC provenientes de la ex rebelión del CNDP en Norte y Sud-Kivu desde hace una semana. El general Didier Etumba ha afirmado: “Nosotros tenemos una idea muy clara. Hay algunos indisciplinados a los que es necesario cercar y lo son en este momento, y de la manera más radical. Esto no es necesariamente una cuestión de reivindicación. Alguien indisciplinado, que no quiere someterse a la Constitución de la República, a las leyes de la República, alguien que no quiere respetar las instrucciones del Presidente de la República, comandante supremo de las fuerzas armadas, alguien que se resiste a ser republicano no puede servir bajo su bandera. Y desde el momento en que se manifiesta como tal, cuando toma las armas, y bien, es cercado para ser neutralizado y los que tienen problema de carácter judicial sabrán responder por ellos”.

En visita a Goma el mismo lunes, el representante especial del secretario general de la ONU en RCD, Roger Meece, ha declarado que Bosco Ntaganda constituía des de tiempo atrás una amenaza para la seguridad de las poblaciones de la región y debe responder por sus actos ante la CPI. 9

 

c. Rendición de los desertores

 

El 9 de abril, una nueva ola de oficiales de las FARDC que habían desertado en Rutshuru, se han rendido. Llevaron con ellos casi ochenta de sus hombres de tropa. Entre estos oficiales se encontraba el coronel Ndaisaba, seguido de cuarenta y siete militares con otros dos coroneles y seis mayores. Según fuentes militares, el coronel Kayina, otro desertor del 805º regimiento, también se había rendido con anterioridad.

 

Según la misma fuente, el coronel Ndaisaba, lo mismo que sus hombres, se hallan actualmente bajo vigilancia en el Estado mayor de las FARDC en Rutshuru-Centro.

El coronel Muhire del 8042º batallón de las FARDC se ha rendido igualmente ante las autoridades militares en Tongo, a unos cincuenta km. al noroeste de Goma. El nombrado había desertado el 4 de abril con unos treinta hombres. Según nuestras fuentes, él y sus hombres se encuentran igualmente bajo vigilancia militar en Goma, donde han sido transferidos.

Cuatro días después de la deserción de las filas de las Fuerzas armadas de la RDC (FARDC), la mayoría de los militares se ha ido entregando al Estado Mayor militar en Nord-Kivu. Un “regreso hipotético”, según la población de Rutshuru, quienes desean que los desertores sean sancionados por los responsables de las FARDC. A pesar de celebrar este regreso, la sociedad civil piensa que esto no tranquiliza del todo a la población. Esta pide se tomen medidas disciplinarias contra los culpables para servir de ejemplo a otros militares que pudieran verse tentados de seguir ese camino. Sin embargo, este regreso de los militares ha disipado al menos el pánico creado por su deserción y la vida retoma progresivamente su curso en Rutshuru y sus alrededores.

 

d. Joseph Kabila anuncia su intención de arrestar a Bosco Ntaganda.

 

El 11 de abril en Goma, en la audiencia acordada a las fuerzas vivas de la provincia de Nord-Kivu, el Jefe de Estado, Joseph Kabila, anunció que ha suspendido todos los programas y operaciones militares llevados a cabo en ambos Kivu contra los grupos armados extranjeros y locales activos en la región, para reorganizar el comando de estas operaciones.

De ahora en adelante, el comando en esta provincia estará a cargo de la octava región militar. Las fuerzas vivas de la provincia han celebrado la decisión y han llamado a su aplicación inmediata.

Por otra parte, el presidente Kabila ha fustigado el comportamiento de ciertos militares que se resguardan en una pertenencia étnica. Este ha declarado que los militares congoleses son militares republicanos y no pertenecientes a una comunidad cualquiera.

En lo concerniente a los desertores que se rindieron ante el Estado mayor, el Jefe de Estado ha declarado que primeramente ellos deberán pasar ante el consejo de disciplina de las Fuerzas armadas de la RDC (FARDC). “Todo militar que sea hallado culpable, deberá responder ante las cortes y tribunales militares” ha prometido Joseph Kabila.

En cuanto al problema de “la indisciplina que se ha manifestado en la armada, esta vez acabo de arreglarlo. La próxima vez, ya sea Bosco Ntaganda o cualquier otro oficial, estos serán arrestados y transferidos ante la justicia”, ha prevenido.

“Concretamente, si la indisciplina que hemos venido a arreglar en Nord-Kivu prosiguiese, tendremos razón en arrestar a todos los oficiales comenzando por Bosco Ntaganda”, ha afirmado.

Señalando que él “no trabaja para la comunidad internacional sino para la población congolesa”, el Jefe de Estado ha estimado que, por el interés de los congoleses, Ntaganda o cualquier otro oficial de las FARDC deberá responder de ahora en más, sin dilación alguna, por la indisciplina de sus jefes, en su lugar de base.

Algunas fuentes ven en eso una promesa de arrestar al general Bosco Ntaganda. Pero para Omar Kavota, vicepresidente y portavoz de la coordinación de la sociedad civil de Nord-Kivu, las cosas no son tan simples. “No sabemos si efectivamente su promesa de justicia y de reprimir a todos los militares que se han comprometido, concierne también al general Bosco Ntaganda”, ha indicado.

En un vuelco notable, el presidente Joseph Kabila habría declarado que Ntaganda debía ser arrestado y enfrentar un proceso militar en RDC. “Deseo arrestar a Bosco Ntaganda pues el conjunto de la población desea la paz”, ha dicho Joseph Kabila. Sin embargo, Kinshasa no tendría la intención de entregar directamente Ntaganda a la CPI.

“Podemos arrestar a Bosco Ntaganda nosotros mismos, pues tenemos cientos de razones para hacerlo, y juzgarlo aquí en el país”, ha afirmado el Jefe de Estado congolés, Joseph Kabila, según el cual “los crímenes que Bosco Ntaganda ha cometido aquí en el país no necesitan de transferencia a la CPI”.

Según la agencia Reuters, podría ser juzgado ante todo por la jurisdicción de la RDC, antes que ser transferido a la CPI. “El ha cometido sus crímenes en la provincia de Nord-Kivu y en Goma. Será juzgado en Goma o en Kinshasa”, ha dicho Joseph Kabila.

Luego de su encuentro con las fuerzas vivas de Nord-Kivu, Joseph Kabila se ha trasladado a Bukavu. A su llegada, se ha dirigido directamente a la residencia oficial del gobernador de Sud-Kivu, Marcellin Cishambo.

Ntaganda y sus hombres, en su mayoría Tutsis originarios de Ruanda, han sido incorporados a la armada congolesa. Su incorporación ha permitido imponer su control sobre una gran parte del este de la RDC, pero han sido acusados de actuar brutalmente contra las comunidades de otras etnias.

A partir de las últimas declaraciones del Jefe de Estado, parece que Kinshasa no considera ligarse indefinidamente al acuerdo de Goma puesto que este ha demostrado sus limitaciones, es más, se ha revelado suicida para la población.

Pero, arrestar a Ntaganda no será a todas luces un paseo, aun más por las declaraciones hechas a Reuters por el Jefe de Estado, quien ha declarado no conocer el paradero actual de Ntaganda. “La armada congolesa desconoce donde se encuentra” ha declarado a Reuters Didier Etumba.

La tarea se revela ardua y las poblaciones del Este corren el riesgo de revivir momentos desastrosos. Y con razón: Aún protegido por algunas unidades ex CNDP recientemente desertoras, Bosco Ntaganda no estaría dispuesto a rendirse.

Esta decisión impone un gran desafío a la armada congolesa. Todo debe ser puesto en marcha a nivel de las FARDC para evitar los daños que Bosco Ntaganda pudiera causar antes de su arresto, desde la seguridad de la población hasta la integridad del territorio nacional.12

En lo que respecta a la seguridad, en las entrevistas con los oficiales de las Fuerzas Armadas de la RDC y las fuerzas vivas de Nord-Kivu, el Presidente de la República ha señalado algunos puntos, a saber:

 La insistencia sobre la disciplina como característica de la armada, pero además el recordatorio a todos los oficiales que la armada congolesa no tiene tribu, ni provincia, sino que es republicana y nacional.

 La suspensión del programa “Amani Leo” (paz ahora). Para el Presidente de la República no se trata de detener el cerco contra los grupos armados nacionales y extranjeros que siembran la desolación en Kivu. Se trata sobre todo de suprimir las estructuras que dirigían “Amani Leo” y transferirlas al único Comando de la 8ª Región militar, el cual asegurará las tareas de rutina, con el fin de alcanzar los mismos objetivos que los de los programas dispuestos antiguamente.

 La creación de una comisión de disciplina ante la cual deberán presentarse todos los militares que hubieren desertado y, de ser necesario, ser llevados ante la justicia militar como resultado del trabajo minucioso de esta comisión. Al respecto, es necesario recordar que los oficiales amotinados que se han rendido ante las FARDC no han recuperado sus funciones, quedando a la espera de las investigaciones concernientes y las sanciones que de ellas se deriven.

 Aclaración de la opinión sobre el dossier Bosco NTAGANDA. En ese aspecto, el Presidente de la República ha señalado que la provincia de Nord-Kivu y el Este de la RDC han sufrido durante mucho tiempo, que a partir de ahora las investigaciones sobre este caso están abiertas y que en la medida en que Bosco NTANGANDA se declare culpable de una u otra infracción, la justicia congolesa no demorará en proceder a su detención sin esperar la presión de la comunidad internacional.

 El 12 de abril, el jefe de Estado Joseph Kabila llegó a Kisangani (Provincia oriental) proveniente de Bukavu (Sud-Kivu) donde se ha encontrado con los miembros del consejo provincial de seguridad. En el transcurso de esta reunión, ha anunciado que todas las operaciones militares llevadas a cabo en Sud-Kivu contra los grupos armados en la provincia serían conducidas de ahora en adelante por la 10ª región militar.

Según el gobernador Marcellin Chishambo, el comando de las operaciones y el comando de la región militar quedarán así unificados.

 

e. Bosco Ntaganda: el eslabón entre Joseph Kabila y Paul Kagame

 

Según Kris Berwouts, experto del Congo, Ntaganda es el eslabón entre Kabila y el presidente ruandés Paul Kagame. “El casamiento por conveniencia pactado a finales del 2009 entre Kabila y Kagame reposa sobre Ntaganda”, afirma. Según los términos de este acuerdo, el CNDP está integrado a la armada congolesa.

“Hay quienes pretenden que es la armada congolesa la que está integrada al CNDP”, prosigue Kris Berwouts. “El hecho es que el CNDP controla en el presente tanto el norte como el sur de Kivu. Hasta hoy, nadie ha sido tan poderoso”, afirma.

El acuerdo preveía que la armada congolesa (entiéndase las tropas del CNDP integradas a las FARDC) persiguiese a las FDLR (Fuerzas Democráticas para la

Liberación de Ruanda), “enemigo hereditario” de Kagame. Este último dispone así, en cierto modo, de una armada congolesa en el Nord-Kivu, tanto bajo sus órdenes como las de Kabila.

 

Este acuerdo garantiza a Kabila la encarcelación en Ruanda del líder del CNDP, Laurent Nkunda, quien había amenazado con invadir el conjunto del Congo Luego del arresto de este último, Ntaganda se convierte, en su carácter de líder del CNDP, en general dentro de la armada congolesa y… el hombre más poderoso de Nord-Kivu.

“El arresto de Nkunda ha suscitado el descontento de una parte del CNDP que no contaba con la caída de este líder carismático”, explica además Kris Berwouts. “Ntanganda debe esforzarse por satisfacer a esta ala pro Nkunda que aún existe. Esta constituye asimismo una amenaza para Kagame, mientras que la elite tutsia ruandesa se derrumba y que algunos hombres fuertes, tales como el antiguo jefe de estado mayor de la Armada, Kayumba Nyamwasa y el ex jefe de informaciones ruandés, Patrick Karegeya, dan la espalda a Kagame en 2010, para buscar apoyo en el Congo, en vista de un ataque a este último”. Alguien como Ntaganda, que controla el CNDP, se revela desde ahora un servidor esencial para Kagame.

Ntaganda se revela también como de una gran utilidad para Kabila. Según Kris Berwouts, con el CNDP, Kabila se metió en el bolsillo una potencia que le permitía simular “estabilizar” un poco el Este del Congo, a la vez que servía a sus propósitos electorales. De este modo solamente Kabila ha podido llevar a cabo su campaña en los territorios en poder del CNDP”. Joseph Kabila, teniendo como “amigo-enemigo” a Paul Kagame, con un Ntaganda rondando en la corte “kigaliana” es de una utilidad “principesca” para el presidente de la RDC.

En consecuencia, Ntaganda vela por los intereses tanto de Kagame como de Kabila. Esto explica porqué en 2009, se transformó en general de la armada congolesa, a la vez que la Corte penal internacional había lanzado, tres años antes, una orden de arresto en su contra por crímenes de lesa humanidad, entre los cuales figura en primer lugar, el enrolamiento de niños soldados.

Desde la óptica de la defensa de sus intereses, Kagame y Kabila han concluido un acuerdo llevado a la práctica por Ntaganda. Este pacto convierte en burla el Estado de derecho, ignora los tratados internacionales y traba la reconstrucción de la nación. El CNDP se ha convertido en un Estado dentro del Estado, ha instaurado su propia administración en Masisi y hoy es percibido por la mayoría de la población más como una amenaza que como una protección.

Sin embargo, una pregunta permanece aún sin respuesta: “Ya que Ntaganda continúa siendo tan poderoso, ¿el gobierno congolés dispone de los medios para detenerlo por la fuerza?” Nada es menos seguro. 15

 

A comienzos de abril, los militares de la ex CNDP habían vaciado los campos militares de Kabira, Rugarama y Mugogo para moverse hacia Rurshuru-centro, alcanzar el gran campo militar antes de dirigirse hacia la selva de Runyoni al pie de los volcanes en la frontera con Ruanda. Los soldados de los campos militares de Rubare, Nyongera y Kinshasa habían subido hacia Tongo para juntarse en el gran campo militar de Rumangabo con el fin de desplegarse en la selva al pie del volcán Sabinyo. El rumor sobre la eventual detención de Bosco Ntaganda habría sido el detonante de este movimiento de las tropas surgidas del CNDP.

Por su parte, el general Bosco Ntaganda ha querido adelantarse a los acontecimientos en una demostración de las fuerzas que podría desplegar en el caso que intentaran detenerlo, haciendo circular por las calles de la ciudad, una veintena de jeeps repletos de soldados de lengua ruandesas fuertemente armados de lanzas y metralletas: lo que habría sido suficiente para sembrar el pánico en toda la ciudad y sus alrededores.

Kinshasa y Kigali se habrían puesto de acuerdo sobre el principio de arresto del general Bosco Ntaganda. Pero la espinosa cuestión de encontrar un reemplazante y el momento de su arresto aún se planteaba. Kagame habría exigido disponer de un reemplazante válido antes de iniciar cualquier acción, es decir que es necesario hallar un oficial capaz de recuperar a los ex CNDP por cuenta de Kigali. El elegido sería Laurent Nkunda, lo que por el momento no conviene en modo alguno a Kabila. Aprobar la vuelta de Nkunda a la actividad sería un suicidio para el régimen de Kabila quien intenta cubrir las brechas abiertas por su política de alianza sin limitaciones con Kagame. Por el momento, Ntaganda detiene no solamente un stock de material militar, sino también tropas que le son fieles, dispuestas a luchar por defenderlo. El nombrado, habría llegado a dar órdenes a sus tropas de matarlo en caso que la situación se deteriore para no ser detenido con vida. Ya estaría haciendo pedidos de efectivos a ciertos grupos como APCLS, PARECO, SHEKA, con la lógica de una operación de fuego en toda la región con el objetivo de obligar a sus enemigos a aflojar el cerco a su alrededor. Kigali aun lo necesita para defender sus intereses en Kivu y Kinshasa no posee los medios para obligarlo a replegarse sin el aporte de Ruanda, aun que el comando EMG-FARDC/Kinshasa haya decidido el envío de refuerzos provenientes de Kinshasa y Kisangani formado por militares de los regimientos compuestos por Belgas, sudaFA y americanos.

Teniendo en cuenta la amplitud de las deserciones (Rutshuru, Masisi, Waslikali, Uvira, Fizi, Baraka, etc.) el gobierno congolés ha preferido intentar la pacificación presentando la situación como un fenómeno de indisciplina en el seno de la armada, que debería ser resuelta por medio de sanciones aplicadas a esos soldados recalcitrantes, entre los cuales muchos están volviendo según una versión oficial no verificable. En un comunicado publicado el 16 de abril el gobierno congolés se limita a llamar “a la estricta observación de la disciplina militar a los hombres de las tropas indisciplinadas que erigen barricadas sin autorización y perturban el orden público y la tranquilidad de la población”.

Para demostrar que la situación no es alarmante en modo alguno y sobre todo que no demuestra un levantamiento de los soldados de habla ruandesa, a los que se supone estar integrados sin problema en el seno de la armada congolesa, ha sido solicitado al CNDP (partido político) de intervenir a través de una declaración política a fin de aclarar su situación. El Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) ha condenado de esta manera la tentativa de deserción de ciertos militares congoleses. Es esta una tentativa puramente simbólica para calmar las tensiones inter étnicas. Solo por la forma.

Hasta ese día, Bosco Ntaganda parece estar aún sostenido por Kigali y Kinshasa que evitan un calentamiento de la región en el caso de precipitarse su arresto. Bosco Ntaganda, a su vez, ha protegido el poder de Kabila y servido a los intereses de Kagame en el Nord-Este de la RDC. Este sabe demasiado sobre Kinshasa y Kigali para ser entregado sin haber tomado medidas de “precaución” con anterioridad.

La situación no es tan simple como podría pensarse, ya que Bosco representa no sólo un cerrojo de seguridad para Kigali y Kinshasa sino también un seguro en el negocio de la minería tanto para Kagame como para ciertas autoridades próximas de la presidencia congolesa. A esto habría que agregar las reivindicaciones del pueblo de habla ruandesa de Misisi y Rutshuru que ha visto estabilizarse sus intereses gracias a la presencia de las tropas ex CNDP que se han negado a ser transferidas porque ellas debían “tranquilizar” a sus familias. A ese respecto, algunos líderes Tutsi Congoleses de Masisi y Rutshuru quienes escriben un memo explicando las razones de su sostén al general Bosco Ntaganda. Leyendo atentamente este memo, se pueden comprender las razones que llevan a Kinshasa y Kigali a no ser transferido a La Haya, pues el hombre conoce mucho sobre los dos regímenes y podría revelar asuntos comprometedores para ciertos responsables de ambos países. Es posible que las dos capitales puedan imaginar otra manera de hacer menos perjudicial a Bosco Ntaganda. Si Ntaganda llegara a hacerse detener en Ruanda, como ocurrió con el general Nkunda, el Congo esperará mucho tiempo antes de juzgarlo.

Un representante del CNDP (Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo) exiliado en Francia, Jean-Paul Epenge, coronel de su estado, en una declaración hecha a Afrikarabia, ha dejado oír que el poder actual en Kinshasa no disponía ni los medios ni el interés en detener al general Bosco Ntaganda, fuertemente reclamado por la CPI (Corte Penal Internacional)

En lo concerniente al conflicto armado en gestación en Nord-Kivu, ha sostenido que la relación de fuerzas estaba a favor del CNDP, el cual es capaz de desestabilizar esta parte del país sin ningún problema. Según Jean-Paul Epenge, este ex movimiento rebelde estaría bajo el amparo de Ruanda, que no desea de ninguna manera su desaparición. Según parece, Paul Kagame necesita una muleta de tipo CNDP para conservar su influencia en el Este de la República Democrática del Congo.

Es la prueba, si hiciera falta aún más, de la instrumentalización del CNDP por Kigali. Se puede constatar que las FARDC albergan en su seno desde 2009 un “caballo de Troya” capaz de hacer daño en cualquier momento. Es la prueba igualmente que el CNDP es en realidad el brazo armado de Ruanda en territorio congolés.

Entregar a Bosco Ntaganda, quien se encuentra bajo demanda de arresto internacional desde agosto de 2006, a la CPI sería, a su parecer, muy arriesgado para la estabilidad de las instituciones políticas en RDC y la seguridad de Nord-Kivu. Jean-Paul Epenge está convencido de que Kigali no aceptaría que Kinshasa abandone a Bosco Ntaganda. Este último constituiría, a su parecer, la pieza maestra en el mantenimiento de la frágil cohabitación pacífica entre Ruanda y la RDC.

 

f. Kivu: ocupado y sin paz

 

Según Patrick Karegeya, antiguo jefe de los servicios externos de información ruandés y Kayumba Nyamwasa, antiguo jefe de Estado Mayor de la armada ruandesa, las grandes potencias saben que Kagame tiene las manos libres en el Congo. Pero no lo quieren provocar. Una cosa es segura: No habrá paz en la Región de los Grandes Lagos mientras Kagame continúe en el poder. Su intención es clara: controlar a los dos Kivu y explotarlos. Kabila sabe que no puede controlar el Este del Congo sin la ayuda de Kagame. O para decirlo mejor: quiere dar la impresión que él, Kabila, continúa siendo el jefe. Pero toda la economía de ambos Kivu, está orientada hacia Ruanda, Uganda y Tanzania.

Todo es administrado por partidarios y colaboradores de Kagame. En el pasado por vía del movimiento rebelde de la Agrupación Congolesa para la Democracia (RCD), más tarde por Laurent Nkunda y ahora por Bosco Ntaganda., ambos pertenecientes al Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP).

Para los congoleses, es inaceptable que los ruandeses se comporten como amos en el Este del Congo, y esto es fácil de comprender. Como las cosas son presentadas hoy ante sus partidarios y ante la comunidad internacional, Kabila aún puede, a pesar de todo, dar la impresión que el Este sigue formando parte del Congo. Pero el hombre está muy debilitado. ¡Kagame le orina sobre la cabeza y él está obligado a agradecerle! La comunidad internacional sabe muy bien lo que ocurre entre bambalinas en Ruanda y en el Congo, pero no reacciona. ¡Esto es criminal! Cuando el volcán dormido entre en erupción, los diplomáticos extranjeros difícilmente podrán decir que no estaban al tanto.18

La República Democrática del Congo continua teniendo dificultades para reconstruir su armada, su policía y sus servicios de informaciones… en una palabra, sus dispositivos de seguridad y de defensa, 15 años después de la caída de Mobutu. Acogidas en 1997 como libertadoras, las tropas de la Alianza de las Fuerzas Democráticas para la Liberación del Congo (AFDL), transportaban desgraciadamente un “caballo de Troya” montado sobre los soldados ruandeses ugandeses y burundeses. Millares de elementos armados y “barbuzes” (policías de los servicios secretos) extranjeros han podido así, gracias a la “guerra de liberación” llevada a cabo contra Mobutu entre octubre de 1996 y mayo de 1997, conocer los secretos de todas las bases militares de la RDC, de todos sus centros de entrenamiento y de instrucción, de todos sus mapas militares, de todos sus servicios de informaciones, de sus depósitos de armas y municiones, de sus planes secretos de seguridad y de defensa y de todos sus sitios estratégicos. Durante doce meses, ruandeses, ugandeses y burundeses han podido rastrillar cada arbusto de la RDCongo, sus bosques, sus ríos y arroyos, sus lagos, sus montañas, sus colinas, sus llanuras, sus valles, sus senderos, sus rutas, sus aeropuertos civiles y militares, sus puertos, sus diques, sus usinas.

Ruandeses, burundeses y ugandeses, han llevado al extremo la audacia de organizar una vasta purificación en el seno de nuestra armada y de nuestra policía con el envío, ya sea a la jubilación anticipada, ya sea a morir en la Base de Kitona, en la provincia del Bajo Congo, a millares de soldados y oficiales ex-Faz, ex Guardia Civil, ex DSP, y ex Gendarmería Nacional. Los responsables y sabuesos de los servicios de seguridad formados y experimentados han sido neutralizados y reemplazados por aprendices.

De 1998 a 2003, ugandeses, ruandeses y burundeses ha vuelto a RDC en las “valijas” del MLC (Movimiento de Liberación del Congo), del RCD (Agrupación Congolesa para la Democracia), del RCD-K- ML (Agrupación Congolesa para la Democracia – Kinsangani – Movimiento de Liberación), del RCD/N (Agrupación Congolesa para la Democracia/Nacional) y han ampliado el abanico de conocimientos sobre las fortalezas y debilidades tanto militares como de seguridad del Congo, un gigante con los pies de barro.

Con el Verdadero-Falso retiro de las tropas extrajeras del territorio congolés desatado después de los acuerdos de Lusaka firmados en julio-agosto de 1999 entre el “gobierno de Kinshasa” y los movimientos rebeldes, la RCD se ha encontrado completamente desarticulada en el plano militar y de seguridad, hasta el día de hoy.19

Si creemos en ciertas personas provenientes del Sud-Kivu, actualmente la situación es confusa con esos ruandeses que continúan regresando en masa a Bukavu. Lo más alarmante es que actualmente sus jefes siguen comportándose en señores de la guerra. Es lamentable que se encuentren allí hasta aquellos que han trabajado en inteligencia con el coronel Jules Mutebusi, artesano de la guerra de 2004. Siempre según nuestras fuentes, estos nuevos conquistadores se han agrupado en el barrio Nguba, situado en la frontera con Ruanda. Han creado un partido político llamado “PDF” para integrarse por la fuerza a la vida política del país, aunque sus verdaderas intenciones apunten a otra cosa. A título ilustrativo, su jefe, Abas, es un civil, pero que se pasea por la ciudad escoltado por decenas de militares armados hasta los dientes. Su objetivo sería el de instalarse definitivamente en Bukavu, como lo hicieron en Goma en el Nord-Kivu.20

 

El 21 de marzo, en el curso de una conferencia de prensa semanal, se le hizo una pregunta al portavoz militar de la Monusco para confirmar o rectificar la información según la cual los tutsi serían al día de hoy los amos del movimiento rebelde denominado Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR). El lugarteniente –coronel Félix-Prosper Basse ha indicado que “se había conocido de tanto en tanto relaciones entre los Hutu congoleses y ruandeses. Pero que él no sabría responder con precisión si son los tutsi los que constituyen hoy los elementos de las FDLR”.

Efectivamente, según ciertas informaciones provenientes del Este, particularmente del Este de la Rd Congo, el movimiento rebelde de las FDLR es controlado en la actualidad básicamente por los tutsi ruandeses. Ellos serian los autores de las masacres perpetradas contra las poblaciones congolesas en el Este, particularmente en el Nord y Sud Kivu. El objetivo que apuntan los Tutsi seria el de apoderarse de las tierras de las poblaciones congolesas.21

 

b. Dos buenas noticias… así lo esperamos

 

El 29 de marzo, la ministra provincial interina de las minas del Nord Kivu, Adèle Bazizane, ha declarado que once sitios mineros, de los veintiuno del territorio de Masisi han sido reabiertos a la explotación.

Estos sitios llevan ahora la etiqueta “verdes”, contrariamente al resto de los sitios marcados “amarillo “ o “rojo”, según el caso. Los sitios reabiertos a la explotación son: Biabatama, Mataba, Gakombe, Luwowo, Koyi, Budjali, Bishasha, Nyamukubi, Kamatale y Birambo. Allí se explota la casiterita, el coltan y el wolframite.

La disposición ministerial que ha decidido su reapertura marca la ultima fase del proceso de trazabilidad de los minerales. Este proceso parte del pozo de extracción para llegar al punto de exportación pasando por los centros de negocios. Según los expertos del ministerio provincial de minas, la validación de estos once sitios mineros significa que ya no quedan militares que exploten minerales allí y que los derechos del Hombre ya no son violados. Lo cual implica que los minerales explotados en estos sitios ya no son “minerales de sangre” y pueden de ahora en más ser etiquetados y exportados a nivel internacional. Dos oficinas internacionales de certificación de minerales operan en Goma.22

El 12 de abril, las Fuerzas Armadas de la Republica Democrática del Congo (FARDC) ha firmado un acuerdo de principios con los rebeldes de Raia Mutomboki en Shabunda centro (Sud Kivu) para la pacificación de este territorio. Según este acuerdo, los Rai Mutomboki se comprometen a deponer las armas y retomar la vida civil. Estos ponen una única condición: la garantía de su seguridad. Las autoridades militares se declaran dispuestas al diálogo con los Raia Mutomboki y prometen garantizar su seguridad si ellos devuelven las armas. Un comité de seguimiento ha sido puesto en funciones con la misión de mantener la comunicación entre las dos partes.

Los Raia Mutomboki dicen haber tomado las armas para defender a la población local contra los ataques de las fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLE). El administrador del territorio de Shabunda, Louis Boboto, ha afirmado que el 4 de abril, una delegación mixta compuesta de miembros de la sociedad civil y de autoridades locales se habían entrevistado con los milicianos Raia Mutomboki, los que prometieron deponer las armas para dejar a las FARDC la misión de dar seguridad a la población.

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Traducción al español dentro del proyecto para la traducción gratuita de páginas web y documentos para asociaciones sin ánimo de lucro . Llevado a cabo por Mondo Agit y la voluntaria Esther Quilez

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