Congo Actualidad n. 147

SUMARIO

EDITORIAL: El general Bosco Ntaganda debe ser arrestado y transferido a la CPI

1. LAS CONTRADICCIONES DE UN EJÉRCITO

a. Las deserciones de militares del CNDP

b. La reforma del 811° regimiento

c. Los enfrentamientos entre los FARDC y los militares desertores

2. UNA SERIE DE DECLARACIONES

a. El comunicado del CNDP

b. Las declaraciones de Bosco Ntaganda

c. Las declaraciones del gobernador Julien Paluku

d. Las recomendaciones de la ASBL RENAISSANCE AFRICAINE/AETA SUD KIVU

3. HACIA LA CREACIÓN DE UNA NUEVA REBELIÓN

a. La suspensión de las operaciones militares contra los desertores

b. La aparición de un nuevo movimiento rebelde llamado el M23

4. LA SITUACIÓN HUMANITARIA

a. Los desplazados y el alza de los precios

5. PARA UNA LECTURA DE LA REALIDAD

a. La integración de las tropas del CNDP en el seno de las FARDC, un grave error

b. La precariedad de la situación política y de la seguridad

 

EDITORIAL: EL GÉNERAL BOSCO NTAGANDA DEBE SER ARRESTADO Y TRANSFÉRIDO À LA CPI

 

El Kivu, el Kivu del Norte en particular, continúa su lucha contra el fenómeno de las deserciones de cientos de militares que, antes de entrar en el ejército nacional en 2009, formaban parte de la milicia del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) , un movimiento político-militar cercano al actual régimen ruandés. Los militares desertores son los más afines al general Bosco Ntaganda, antiguo jefe de Estado Mayor de la milicia del CNDP y ahora integrado en el ejército congolés como el n° 2 en la comandancia de la operación militar Amani Leo (paz hoy), dirigida oficialmente contra los rebeldes ruandeses de las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR).

Como las operaciones militares precedentes (Umoja Wetu et Kimia II) contra los FDLR, Amani Leo constituye, en realidad, una verdadera plataforma para el comercio ilegal y clandestino de los minerales del Kivu, exportados al extranjero vía Ruanda. Según los diferentes informes del Grupo de expertos de las Naciones Unidas para la RDC, el general Bosco Ntaganda y sus oficiales son los que más implicados están en una «red mafiosa» que gira en torno al contrabando de minerales. El régimen ruandés actual saca beneficios considerables, puesto que Ruanda se ha convertido en el País de tránsito del comercio de los minerales que provienen de la RD Congo.

Bosco Ntaganda es también aquel que puede hacer que fracase una posible alianza entre las FDLR con base en los Kivus y ciertos generales ruandeses disidentes, hoy exiliados en África del Sur, una alianza que podría terminar con la actual dictadura en Ruanda.

Por otro lado, el actual régimen ruandés no ha renunciado nunca a sus ambiciones de hegemonía económica, política y militar sobre los Kivu, y, para realizar este proyecto, utiliza a la comunidad ruandófona congolesa, tutsi en particular. El CNDP es el instrumento principal, ya sea a nivel militar, gracias a la integración de sus tropas en el ejército nacional congolés, ya sea a nivel político, al establecer una administración local paralela.

A nivel político, actualmente la situación es muy confusa, sobre todo porque la Corte Suprema de Justicia ha confirmado la anulación de las elecciones legislativas del 28 de noviembre en el territorio de Masisi, feudo del CNDP, partido político miembro de la “Majorité Présidentielle” (MP). Así que, actualmente, el CNDP no tiene ningún diputado que le represente en la Asamblea Nacional, no al menos hasta que se celebren las elecciones legislativas (en teoría previstas dos meses después del decreto de la CSJ).

Bosco Ntaganda, un residente ruandés, según consta en la orden de arresto expedida por la Corte Penal International (CPI) en 2006, por crímenes cometidos en Ituri en 2002-2003, es el hombre que defiende exclusivamente los intereses de la comunidad Tutsi congolesa y del régimen ruandés en los Kivus. Su eventual arresto y su transferencia a la CPI podrían constituir un duro golpe al lucrativo comercio de los minerales de los «conflictos» y a la hegemonía (económica, política y militar) ruandesa sobre el Kivu, en particular, y sobre la RD Congo, en general.

En la incertidumbre de las próximas elecciones legislativas en Masisi, el CNDP recurre a la fuerza armada para imponerse políticamente. Las recientes deserciones pueden ser una forma de presión sobre la población local, para orientar los resultados de las próximas elecciones legislativas en Masisi.

Finalmente, los informes recientes del Grupo de Expertos de las Naciones Unidas sobre la comprobada implicación de Bosco Ntaganda en la explotación ilegal de los minerales y las últimas presiones nacionales e internacionales sobre el presidente Kabila para arrestar y transferir a Bosco Ntaganda a la CPI, pueden ser las causas inmediatas de las actuales deserciones militares.

Mientras que el «mito Ntaganda» como «elemento indispensable para la paz» se funde como nieve bajo el sol, el Gobierno Matata y el Presidente Kabila tienen el deber de asumir sus responsabilidades respectivas, para arrestar y transferir a Bosco Ntaganda a la CPI, evitando subterfugios que podrían resultar muy peligrosos y bastante arriesgados. Cumplir con ese deber sería dar una señal fuerte y tangible de lucha contra la impunidad y una demostración concreta de un compromiso serio por la justicia.

1. LAS CONTRADICCIONES DE UN EJÉRCITO

a. Las deserciones de militares del CNDP

El fin de semana del 22 de abril, tres oficiales abandonaron las filas de las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) en Kivu del Norte, pese a la reciente precaución de las autoridades militares. Entre ellos, el Coronel Mutoni, comandante del primer batallón del 812° regimiento con base en Ngungu, al sudeste de Masisi Centro. Abandonó su puesto el 22 de abril con sus hombres y se dirigió a Kitshanga, al oeste de Goma, en el territorio de Masisi, donde estaban concentrados la mayoría de los desertores.

El segundo oficial desertor fue el Coronel Baudouin Ngaruye, que estaba al mando del 3er sector operacional, desplegado en Kivu del Sur. Según fuentes militares, el Coronel Ngaruye, que tenía que ocupar el nuevo puesto al que había sido destinado en Mwenga, el sábado 21 de abril, nunca llegó al lugar. Al parecer fue a Kitshanga, llevando consigo unos 40 000 dólares americanos destinados a su instalación y a pagar sus tropas.

Viernes 20 de abril, el Coronel Innocent Nzimulinda, antiguo comandante del 811° regimiento, se reúne, él también, con los otros desertores en Masisi.

Un notable de Masisi acusa a los desertores de haber cometido exacciones contra civiles.

Durante la noche del 21 al 22 de abril, tres militares y dos civiles fueron heridos en Kalungu, en el territorio de Kalehe (Kivu del Sur) durante un tiroteo entre dos grupos de militares de las FARDC. El tiroteo empezó cuando un primer grupo de militares que patrullaban en el eje Nyabibwe -Kalungu quiso cortar el paso a otro grupo de militares que se dirigían a Goma. Fuentes cercanas a la 10a región militar confirman que estas refriegas tuvieron lugar entre patrullas del 103° regimiento y la escolta de un oficial de la 10a región que se dirigía a Goma. El segundo grupo de militares violó las barreras de seguridad a su paso antes de ser bloqueados a mitad del recorrido.

El 23 de abril, catorce militares de las FARDC que habían pertenecido a la antigua facción rebelde del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), arrestados desde su defección, regresaron a Bukavu (Kivu del Sur), desde Kivu del Norte. Deberán ser juzgados ante la justicia militar. El proceso de estos amotinados se desarrollará en Uvira, en Baraka y en Nyabibwe (Kivu del Sur). A diez de estos catorce militares se les persigue por haber abandonado las filas de las FARDC.

Los otros cuatro están implicados en el tiroteo entre dos grupos de militares en Nyabibwe y Kalungu, en Kalehe, durante la noche del sábado 21 al domingo 22 de abril.

Tres de los cuatro militares implicados en este tiroteo son oficiales. Se trata de:

  • El Colonel Bernard Byamungu, ex comandante del 9° sector en Uvira,
  • El Colonel Sabimana Samuel ex comandante del 105° regimiento en Baraka
  • El Colonel Biyoyo Josué ex comandante del 103° regimiento en Nyabibwe.

Según el portavoz militar en Kivu del Norte y Kivu de Sur, cada uno será juzgado en el lugar donde se han cometido los hechos que se les imputan.

El 23 de abril, más de 100 amotinados que estaban bajo el mando de los Coroneles Byamungu y Nsabimana en las mesetas que dominan la ciudad de Uvira, en la provincia de Kivu del Sur, volvieron a cerrar filas bajo el mando de la 10a región militar de las FARDC, en Bukavu.

Los instigadores del motín serán entregados a la justicia militar y juzgados conforme a la ley y a los reglamentos militares. A los amotinados no condenados se les llevará al centro de formación de Luberizi para su rehabilitación. 162 amotinados llegados la semana pasada a Bukavu ya están listos para ser reintegrados a las filas del ejército regular.

Los soldados amotinados formaban parte del comando del Coronel Bernard Byamungu Maheshe que estaba al frente del 9° sector de las FARDC en Uvira. Fue arrestado el 15 de abril de 2012 por los servicios especiales del ejército regular. Conocido bajo el apodo de el Tigre (Tiger One), el Coronel Byamungu desertó el 8 de abril pasado con dos oficiales superiores, el Coronel Samuel Nsabimana, comandante del 105° regimiento con base en Baraka, y su adjunto, el Teniente colonel Toussaint Muhindo Mayanga. En su huida, los tres oficiales consiguieron llevarse con ellos trescientos setenta y un (371) elementos de tropa. Según fuentes militares, citadas por la ACP, los Oficiales Saddam Edmond y Zaïrois Moïse continúan prófugos.

Según determinadas fuentes, trescientos desertores de las FARDC se habrían reunido con Sheka, jefe rebelde del grupo Maï-Mai Nduma Defense of Congo (NDC), grupo que opera en el territorio de Walikale (Kivu del norte). Los desertores del ejército congolés y los Maï-Maï Cheka operan en la región de Luvungi, Bunyampuli y Kibua, sobre el eje Goma-Walikale. Los servicios de seguridad de esta provincia afirman que la alianza entre Sheka y Ntaganda, perseguido por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra, se propone controlar las zonas mineras con el fin de explotar el oro y la caserita de la región.

El 3 de mayo, unos 80 soldados del ejército congolés desertaron en Goma (Kivu del Norte), entre ellos el Coronel Sultani Makenga y el Teniente coronel Masozera. El Coronel LaMakenga era el número dos de las operaciones militares Amani Leo (Paz hoy, en suajili) en la provincia vecina de Kivu del Sur. El Teniente coronel Masozera es el actual ayuda de campo del General Ntaganda.

b. La reforma del 811° regimiento

El 23 de abril, unos mil militares partieron de Goma (Kivu del Norte) para ir a Kananga, en Kasaï occidental. Se trata de los militares del 811° regimiento con base en Mwesso y Nyanzale, al oeste de Goma, en el territorio de Masisi

El objetivo de este cambio, decidido por el Estado Mayor general de las FARDC, es terminar con el fenómeno de «soldados y oficiales comunitarios», dispuestos a defender solamente los intereses de la comunidad étnica a la que pertenecen.

Según la alta jerarquía militar de las FARDC, se trata de una primera tentativa que forma parte de una reforma más amplia. Van a llevarse a cabo otros cambios similares a ése. Hace mucho tiempo que se levantan voces para exigir que los soldados que provienen de antiguos grupos rebeldes vayan lejos de las zonas de operación de éstos. Pero determinados intereses emanados del comercio ilegal y clandestino de los minerales han sido más fuertes que la restricción disciplinaria. Bien. Más vale tarde que nunca.

Los militares del 806° regimiento que llegaron para sustituir a las unidades FARDC trasladadas a Kananga (Kasaï-Occidental), hace una semana que tienen dificultades para desplegarse en la agrupación Bashali Mokoto, en territorio de Masisi (Kivu del Norte), a causa de desertores de la 8a región militar que intentan ocupar el terreno. Los militares del 806° regimiento de las FARDC se han desplegado sobre un radio de 10 km a partir de la localidad de Mwesso hasta Muhongozi.

Los militares amotinados ocupan sobre todo las localidades de Kabati, Kirolirwe, Muhongozi y Kitshanga. La situación se está poniendo preocupante, afirma un notable de la zona que teme los enfrentamientos entre las FARDC y los desertores.

Otras posiciones abandonadas por los militares del 811° regimiento, en Pinga y Kashuga son ocupadas por los milicianos de la Alliance des patriotes pour un Congo libre et souverain (APCLS) y los rebeldes de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR).

Esta situación provoca, desde el principio de la semana, el desplazamiento de las poblaciones de la agrupación Bashali Mokoto hacia Saké y Goma.

c. Los enfrentamientos entre las FARDC y los militares desertores

 

El 29 de abril, soldados ex CNDP que abandonaron el ejército congolés a principios de abril atacaron las FARDC en Mweso y Mushaki, en el territorio de Masisi, al sur de la provincia de Kivu del Norte. Fuentes militares afirman que los enfrentamientos en Mweso provocaron la muerte de 6 amotinados y causaron 3 heridos a las FARDC. Desde el 30 de abril, los militares desertores controlan varias localidades del territorio de Masisi, como Karuba, Muheto, Mushaki, Buku, Kitshanga, Bwiza, Nyamitaba, Kirolirwe, Kabati, Mukambi, Murambi, Misumbala, Luhunga, y Mwesso.

Según fuentes locales, los amotinados se aliaron con la milicia de autodefensa Maï Maï de Sheka Ntabo Ntaberi y con ellos tomaron el control de Luvungi, Bunyampuli y Mpofi sobre el eje Walikale-Masisi. Por su parte, el portavoz de las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC) en Kivu del Norte y Kivu del Sur, Sylvain Ekenge, afirma que la situación está bajo control.

El 30 de abril, el gobernador de Kivu del Norte, Julien Paluku, negó las informaciones según las cuales los insurrectos tomaron el control de varias localidades. Afirmó que los militares desertores son ante todo militares indisciplinados. Después precisó que ellos «ya estaban desplegados en los pueblos citados como unidades de las FARDC. Y, aun cuando, en un momento dado, se consideran como pertenecientes a una ala cualquiera, no se puede decir que han tomado las localidades, puesto que ya estaban allí ».

El vicepresidente de la sociedad civil de Kivu del Norte, Omar Kavota, afirmó que estas localidades están a partir de ahora bajo el control de tropas rebeldes, puesto que ya no obedecen a la jerarquía de las FARDC.

Afirmó: «Hay localidades que actualmente están bajo el control de los elementos ex CNDP fieles al General Bosco Ntaganda. También hay otras localidades que están controladas por otros grupos armados, como los APLCS, en ciertos lugares de Masisi».

El portavoz del gobierno provincial, Adele Bazizane, indicó que «la situación sigue estando bajo el control de las FARDC». Se acaba de poner en marcha un comité de crisis para elaborar urgentemente un plan de contingencia.

El 30 de abril, las FARDC lanzaron una contraofensiva y recuperaron algunas localidades de los territorios de Masisi y Rutshuru (Kivu del Norte) que estaban ocupadas por los amotinados desde hacía dos días. La localidad de Bwiza, situada cerca de Kitshanga, a unos 100 km al oeste de Goma, en el territorio de Rutshuru, está bajo el control del ejército regular. Las FARDC también han tomado de nuevo el control de los pueblos de Kautu, Kabaya, Karuba, Kilongo, cerca de Mushaki, a unos 50 km al noroeste de Goma, afirman fuentes locales de la región de Masisi. El objetivo actual del ejército regular es retomar los grandes centros, como Mushaki, al noroeste de Goma, sobre la carretera de Masisi-centro y Kitchanga, a unos 80 km al oeste de Goma (Masisi).

El 2 de mayo, los militares de las FARDC recuperaron la ciudad de Kitshanga, ocupada por los insurgentes. Según los notables locales, los insurgentes se dirigieron después hacia la localidad de Burungu, una ciudad situada a unos 7 km de Kitshanga.

El 4 de mayo, el ejército congolés recuperó el control de la localidad de Mushaki, donde se encontraba hasta ese momento el General Bosco Ntaganda. Militares amotinados indicaron que Ntaganda estaba «saliendo de su granja. Quiere pasar por el parque de los Virunga para reunirse con Runyonyi, en el (territorio vecino de) Rutshuru», fronterizo con Ruanda y Uganda y bastión tradicional del CNDP. Quiere reunirse con el Coronel Makenga, su adjunto en la antigua rebelión y también desertor.

Aunque, de momento, sea difícil saber dónde podría estar, es muy probable que esté a punto de atravesar la frontera para refugiarse en Ruanda y ponerse de este modo al abrigo de todo tipo de persecución. Sobre todo cuando se sabe que el país de Paul Kagamé no firmó el Acuerdo que le compromete con respecto a la Corte Penal Internacional. Por lo que se ve, la aventura de Bosco Ntaganda, un soldado ruandés convertido en general de las FARDC, puede terminar como la de un cierto Laurent Nkunda Batware. Este oficial tutsi vive hoy tranquilamente en Ruanda después de haberse burlado de 60 millones de Congoleses. La humillación ha durado demasiado. Ya va siendo hora de que los congoleses se conciencien y decidan neutralizar a los responsables de esta traición.

2. UNA SERIE DE DECLARACIONES

a. El comunicado del CNDP

El 29 de abril, en un comunicado firmado por el Senador Edouard Mwangachuchu Hizi, Presidente Nacional del CNDP, la dirección política de este partido político, miembro de la mayoría presidencial, desea aportar a la opinión nacional e internacional las aclaraciones siguientes en relación con la situación de seguridad que prevale actualmente en las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur.

1. Unidades enteras de las FARDC están actualmente en situación de motín en las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur. Se han sustraído a sus cadenas de mando y se han retirado de sus posiciones respectivas, por razones de seguridad. Esta retirada se ha llevado a cabo para evitar cualquier posibilidad de enfrentamiento violento con sus colegas y compañeros de armas. Desgraciadamente, estas fuerzas están siendo actualmente objeto de diversos ataques militares que les obligan a defenderse.

2. Esta situación de motín ha sido varias veces descrita en los medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales, como un movimiento de autodefensa que empezó un General de las FARDC, al sentirse amenazado por una orden de arresto internacional. Esta interpretación es totalmente incorrecta y manipuladora, puesto que el oficial mencionado arriba continúa trabajando bajo el comando de la jerarquía de las FARDC.

3. La Dirección política del CNDP querría subrayar que el resurgimiento que prevalece actualmente es fruto del fracaso evidente del proceso de integración de los elementos provenientes de los movimientos político militares en el seno de las FARDC.

4. El gobierno de la RDC es totalmente responsable de la situación que prevalece hoy, a causa del no respeto de los Acuerdos de Paz del 16 de enero y del 23 de marzo de 2009, firmados en Goma.

Por consecuente, el CNDP recomienda al Gobierno:

– Ordenar el cese inmediato de las hostilidades en el seno del ejército para la seguridad de poblaciones.

– Volver a la aplicación estricta de los Acuerdos de paz del 16 de enero y del 23 de marzo de 2009.

b. Las declaraciones de Bosco Ntaganda

El 1 de mayo, el general Jean-Bosco Ntaganda afirmó que no estuvo implicado en los combates violentos que enfrentan en el este de la RD Congo al ejército regular con los amotinados ex-miembros de la rebelión del CNDP, del cual era jefe de estado mayor. Desmintió también toda responsabilidad en las recientes deserciones de varios oficiales del ejército y de soldados. Interrogado por teléfono, declaró también: «Estoy en mi granja cerca de Mushaki. Mi jerarquía militar sabe que estoy aquí y me da la autorización de quedarme aquí. Incluso el Jefe de Estado (Joseph Kabila) lo sabe», subrayó, añadiendo: «los motines son reivindicaciones que les obligan a abandonar las filas de las FARDC», pero « yo no tengo el poder de combatirlos, puesto que actualmente no tengo la función de comandancia».

El ex jefe de estado mayor del CNDP buscado por la Corte Penal Internacional(CPI), habitualmente destacado en Goma, la capital de Kivu del Norte Nord-Kivu, Ntaganda, ha sido el «número 2» (en realidad el n° 1) en el mando de la operación Amani Leo, dirigida oficialmente contra los grupos armados nacionales (Maï-Maï) y extranjeros (FDLR),pero ha conservado a su servicio las tropas del CNDP que no estaban integradas en las FARDC y que obedecían a una cadena de mando paralela.

c. Las declaraciones del gobernador Julien Paluku

 

El 2 de mayo, Julien Paluku, el gobernados de la provincia de Kivu del Norte, declaró a la prensa desde su residencia que el Gobierno congolés considera a partir de ahora a Bosco Ntaganda como responsable de los combates que se están actualmente llevando a cabo en Kivu del Norte y pide que sea perseguido: «El Gobierno congolés me ha encargado comunicaros lo siguiente: de todo lo que pasa actualmente en Masisi, el responsable es el general Bosco Ntaganda y debe ser perseguido por ello». «Si nuestras unidades llegan a ponerle la mano encima, responderá ante las jurisdicciones congolesas de todos sus actos. Si la indisciplina va a imponernos una guerra, la haremos», añadió. «Bosco Ntaganda debe ser arrestado y ha de pasar ante la justicia congolesa para responder de sus actos”, concluyó. Según ciertos observadores, la referencia a las autoridades judiciales congolesas no es gratuita. De ahí a pensar que no quiere entregar a Bosco Ntaganda a la CPI, no hay más que un paso.

d. Las recomendaciones de la ASBL RENAISSANCE AFRICAINE/AETA SUD KIVU

El 3 de mayo, la ASBL RENAISSANCE AFRICAINE, RENAF y punto clave de la Plataforma «Agir Pour les Elections Transparentes et Apaisées», AETA/SUD KIVU, preocupada por la inseguridad que domina en el Este de la RDC, precisamente en Kivu del Norte y Kivu del Sur, recomienda:

1. A LA MONUSCO :

– Tomar medidas preventivas para evitar que la inseguridad vivida en Kivu del Norte y Kivu del Sur y en el resto del país se propague como una ola, asegurando en particular el control de los aeropuertos de Kavumu y de Goma y de otros lugares estratégicos por donde se podrían infiltrar los agresores de los países vecinos (Uganda, Burundi y Ruanda)

– Proteger a la población civil durante los enfrentamientos entre las fuerzas leales y los Rebeldes/Amotinados.

2. Al Gobierno de la RDC:

– Tomar medidas apropiadas para la seguridad de las personas y de sus bienes;

– Tratar de acelerar la formación de un Ejército Republicano;

– Instalar mecanismos susceptibles de quitar la idea de que en el seno del ejército no se castiga;

– Realizar con prontitud una investigación independiente y severa sobre las alegaciones de alta traición en el Ejército (o en la Cumbre del Estado), para liberarse de las responsabilidades de los civiles muertos por el ejército regular de un lado y de los rebeldes de otro, así como de la ejecución de militares congoleses;

– Restablecer rápidamente el orden constitucional súbitamente demolido, arrestando en particular a los rebeldes amotinados;

– Rehabilitar y fortalecer las capacidades operacionales de las Comandancias de las Regiones militares del Kivu

– Tomar el control de la CPI, la Comisión Africana de los derechos del hombre y de los pueblos y otras instancias judiciales competentes, para que los autores de los crímenes y de las graves violaciones de los derechos humanos cometidos en Kivu del Norte y Kivu del Sur respondan de sus actos;

3. Al Jefe de Estado, presidente de la República y garante de la Nación, Jefe Supremo de las FARDC:

– Reestructurar inmediatamente y sin condiciones el Ejército Nacional y crear un nuevo Estado Mayor militar compuesto por nacionalistas congoleses

– Lanzar una verdadera contraofensiva enérgica contra los agresores externos

4. Al Estado Mayor General de las FARDC:

– Contabilizar el número exacto de los militares nacionalistas congoleses operando en Kivu;

– Poner fin al carácter monoétnico de ciertos batallones/comandos/Regimientos militares en Kivu del Norte y Kivu del Sur.

5. A la Población :

– No permitir ningún proyecto de balcanización del país;

-Continuar movilizándose como un solo hombre, sin violencia, ni en los actos ni en las tomas de posición, en la vigilancia popular del proceso de paz, para conseguir que se celebren elecciones provinciales y locales en los plazos previstos por la Constitución;

– Negarse a participar en cualquier acto de vandalismo, de saqueo, para destruir lo poco que queda de infraestructuras económicas,

– Asegurar la vigilancia de las ciudades de Bukavu, de Goma y de los territorios, denunciando cualquier violación de los derechos humanos durante este periodo crucial.

3. HACIA LA CREACIÓN DE UNA NUEVA REBELIÓN

a. La suspensión de las operaciones militares contra los desertores

El 5 de mayo, las FARDC suspendieron las operaciones de neutralización dirigidas contra los militares desertores, asegurando que habían «dominado» la situación y afirmando que ésta estaba bajo su control.

«La situación que ha prevalecido últimamente en Kivu del Norte se debe a ciertos oficiales indisciplinados que han querido utilizar a algunos soldados para sus fines», explica el general Etumba, jefe de estado mayor general del ejército, que ha pedido «de forma insistente» a los amotinados que «vuelvan, como máximo dentro de cinco días, a las filas del ejército nacional». Ha exhortado a los comandantes de unidades a «crear las condiciones favorables» para acoger a los arrepentidos. En cambio, no ha precisado cuales serán las medidas a tomar con los amotinados que perseveren en su «indisciplina».

Después de las operaciones militares llevadas a cabo durante 4 días en Kivu del Norte, más de setenta militares desertores volvieron a las filas de las FARDC. Diversas fuentes del territorio de Masisi afirman que otros militares amotinados están actualmente en desbandada y que muchos de ellos han tomado la dirección del parque nacional de los Virunga.

b. La aparición de un nuevo movimiento rebelde llamado el M23

 

Soldados amotinados fieles al General Bosco Ntanganda acaban de crear un nuevo movimiento rebelde llamado el M23, en referencia al acuerdo de paz, firmado el 23 de marzo de 2009, que permitió a los rebeldes del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) integrar las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC). Su brazo militar es el Ejército Nacional del Congo (ANC/CNDP). Su jefe, el Colonel Sultani Makenga, sublevado el 4 de mayo.

El objetivo del movimiento del M23 es, según sus creadores, redinamizar el acuerdo de paz firmado en 2009 entre el gobierno congolés y el CNDP. Según ellos, el acuerdo de paz negociado con el Gobierno el 23 de marzo de 2009 ha fracasado. Hay que, subraya un comunicado del 6 de mayo, «dinamizar de nuevo la aplicación».

Según miembros de la sociedad civil de Kivu del Norte, este movimiento rebelde de borroso perfil ha sido creado por el general amotinado Bosco Ntanganda y sus amigos con el objetivo de reubicarse en el escenario político en el momento en que las instituciones resultantes de las elecciones se ponen en marcha. Precisamente, el M23 nace el día en que las FARDC anuncian una tregua de cinco días que permita volver a sus cuarteles a los soldados amotinados.

Según estiman varios observadores, el general Bosco Ntanganda, perseguido por la CPI por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, está preparando un nuevo plan que le permitirá reintegrarse con vigor en el escenario político del Congo.

Con la creación de este movimiento, el General Bosco Ntanganda quiere mostrar que sigue siendo un actor ineludible con el que el gobierno congolés ha de negociar y colaborar.

Por consiguiente, las autoridades congolesas se verán obligadas a no entregarlo a la CPI. Por otra parte, los cálculos del antiguo número 2 del CNDP tienen su refuerzo en las relaciones que este general mantiene desde hace años con muchos responsables políticos y militares congoleses.

El mismo Bosco Ntanganda y muchos de sus acólitos se han convertido en poderosos , porque están implicados en la explotación ilegal de las riquezas mineras del Estado de la RD Congo. Es precisamente este comercio ilegal de minerales lo que mantiene a muchos grupos armados y jefes de guerra que imponen su ley en el este del país.

Para los observadores, la tregua establecida por las FARDC para permitir a los amotinados volver a su cuartel es hoy inoportuna, ya que los hombres de Ntanganda, formados en el cultivo de la violencia y el terror, no quieren volver a los cuarteles; con lo que la tregua puede convertirse para Bosco Ntanganda en una buena ocasión para organizarse y volverse a armar.

La única forma de ahogar este movimiento rebelde en gestación es proceder al lanzamiento de una vasta operación aeroterrestre militar conjunta de las FARDC y la Misión de la ONU para la estabilización en RD Congo (MONUSCO), con el fin de perseguir y acorralar al General Bosco Ntanganda y a sus hombres en su último atrincheramiento.. La operación debe contar también con el apoyo de los países vecinos, Ruanda, Uganda y Burundi, para que no se conviertan en la base de retaguardia de los rebeldes.

4. LA SITUACIÓN HUMANITARIA

a. Los desplazados y el alza de los precios

En RDC, el número de desplazados « ha conocido un aumento de 241.000 personas durante el primer trimestre de este año, pasando de 1,7 millones, el 31 de diciembre de 2011, a más de 2 millones el 31 de marzo de este año », indica un balance de la Oficina de coordinación de los asuntos humanitarios de la ONU (OCHA) en Kinshasa.

Los dos Kivus «alojan a más de 1,4 millones de las personas desplazadas, lo que representa el 70% de toda la población desplazada » que huye principalmente de la inseguridad creada por los grupos armados locales y extranjeros, continúa la OCHA. Kivu del Sur cuenta con el mayor número, con una progresión de 35%: 856.162 personas desplazadas frente a las 634.598, de 31 de diciembre. En el Nord-Kivu, las nuevas estadísticas elevan a 514.000 el número de desplazados internos repartidos en 31 campos. En lo que respecta a la Provincia Oriental, la agencia de la ONU ha observado que pese a la presencia de elementos del Ejército de resistencia del señor, la entidad experimenta una ligera baja, con un total de 466.000 desplazados a fines de marzo frente a los 471.000 a fines de 2011.

Los enfrentamientos FARDC-amotinados han causado el alza de los precios de los productos alimenticios en Goma, aislada del territorio Masisi, su único punto de abastecimiento de víveres.

El saco de 100kg de patatas, que se vendía entre 30 y 35 USD en Goma (Kivu del Norte), cuesta actualmente 55 USD. El de judías ha pasado de 55 a 80 USD, e incluso a 130, según las calidades. El saco de mandioca de 100 kg también ha pasado de 32 USD a 50 USD. El bol de judías que costaba 600Fc cuesta hoy 800 y 1200Fc; el bol de harina de mandioca que estaba a 400Fc cuesta hoy más de 800Fc.

5. PARA UNA LECTURA DE LA REALIDAD

a. La integración de las tropas del CNDP en el seno de las FARDC, un grave error

Según ciertos observadores, la integración de las tropas del CNDP en el seno de las FARCD fue un grave error, cuyas consecuencias se están pagando hasta hoy. Esta integración del 23 de enero de 2008, como resultado de la conferencia de Goma sobre la paz y el desarrollo, aún no ha traído la paz. Al contrario, el poder actual ha dado facilidades y favores a los ex rebeldes, sobretodo en armas, y en medios logísticos y de comunicaciones. En una palabra, los miembros del CNDP han sido mimados en comparación al resto del ejército. Han sido destinados a Kivu, porque siempre se han negado a ser destinados a otras unidades militares en todo el país, fuera de Kivu. Han sido ascendidos en grados hasta llegar al rango de general, como es el caso de Bosco Ntaganda. El origen de este favoritismo se debe a los enfrentamientos que se deploran hoy en día. Una vez que se han visto los inconvenientes de favorecer la rebelión, la solución no puede ser la que propone la rama política del CNDP. Sería criminal continuar construyendo una armada republicana con los técnicos de las violaciones, de los robos, de las matanzas más infames. E igualmente lo sería –al tiempo que muestra de ceguera a la vez política y militar- depositar la confianza en individuos que tan solo obedecen a la jerarquía de clanes y que se comportan como caballos de Troya al servicio del régimen ruandés.

En una entrevista concedida al semanal «Jeune Afrique» con fecha del 29 de abril al 5 de mayo, el presidente ruandés, Paul Kagame – quien ha elevado la mentira al rango de arte moderno –, mantiene sin reírse que la inestabilidad provocada en Kivu del Norte por la posible transferencia de Ntaganda a La Haya «es un asunto que concierne al Congo y no a Ruanda». En un lenguaje subliminal, el sátrapa ruandés manifiesta sus prejuicios sobre la transferencia de Ntaganda a la CPI: «(…) mis reservas sobre el funcionamiento de la CPI y sobre su imparcialidad, que ya he formulado varias veces, permanecen intactas». ¿Por qué interviene el hombre fuerte de Kigali, cuando se trata, según él, de un asunto congolo-congolés? En realidad, Paul Kagame es el francotirador. Es él quien azuza, vía grupos armados montados pieza a pieza, la inestabilidad en las provincias de Kivu. Según un artículo publicado el 27 de abril de 2004, firmado MMC, brazo editorial del sitio Digital Congo.net, «las autoridades de Kigali no han abandonado jamás su sueño de controlar los asuntos de Kinshasa por medio de los hombres de paja que ellos mismos propulsaron a primer plano cuando tomaron del poder».

Por cobardía –y, ¿por qué no, por connivencia con el régimen ruandés?-, «Joseph Kabila» lo consiente. Desde enero de 2009, Kagame y Kabila se han reconciliado. Una reconciliación que no ha aportado ninguna ventaja en términos de seguridad en las provincias de Kivu, a pesar de las operaciones «Umoja Wetu» y otra «Kimya». La situación ha empeorado. En las FARDC se han infiltrado soldados ruandeses camuflados bajo el estandarte del CNDP (Congreso Nacional para la Defensa de Pueblo) cuya voluntad es garantizar la seguridad de los miembros de la comunidad tutsi. Les FARDC están minadas desde el interior por «enemigos invisibles » que se han desplegado no sólo a nivel de las regiones militares sino también al del estado mayor general de las FARDC en Kinshasa. En Goma, Mbuji-Mayi, Bukavu, el ejército está bajo el mando de oficiales de de dudosa lealtad.

b. La precariedad de la situación política y de seguridad

El motín de los militares fieles al general Bosco Ntaganda ha puesto en evidencia la precariedad de la situación política y de seguridad a la que se enfrenta la RD Congo tras las elecciones fraudulentas del pasado noviembre.

El ejército es un conglomerado de milicias de las que, a menudo, se sospecha que son dirigidas por criminales de guerra. Presentada como una garantía de paz en 2009, la integración del CNDP en el seno del ejército ha abierto la vía a una toma de control silenciosa de una gran parte de los Kivus, tanto militar (mando paralelo, rechazo a ser desplegados fuera de los Kivus) como económica (depredación sobre las poblaciones, contrabando de materias primas y acaparamiento de tierras).

A través del proceso de integración, son las milicias quienes han absorbido al ejército congolés y no el ejército quien ha absorbido a las milicias.

Los equilibrios inestables en el seno del ejército son un reflejo de quienes representan la clase política congolesa.

En Kivu del Norte, más allá del caso individual de Bosco Ntaganda, lo que está en juego es la representación política del CNDP y de los tutsi congoleses. Las elecciones de 2011, que tendrían que haber facilitado la integración del CNDP en el seno de las estructuras políticas nacionales y provinciales, han sido canceladas en su feudo de Masisi por causa de fraude. Esta decisión deja sin tocar la cuestión del papel de este movimiento y del equilibrio político intercomunitario en Kivu del Norte. Solamente nuevas elecciones pueden permitir zanjar la cuestión del control político en esta provincia.

Para los donantes occidentales, el motín de Bosco Ntaganda, llamado «Terminator», en Kivu del Norte, tendría que ser una oportunidad para replantearse determinadas políticas y actuar frente a problemas que van de mal en peor, tales como:

1. El fracaso de la reforma del ejército, a pesar de la implicación de muchos socios capitalistas

2. La inoportunidad de algunos arreglos individuales a corto plazo con los jefes de milicias que debilitan la gobernabilidad de las instituciones congolesas de seguridad.

3. La instrumentación de las órdenes de arresto de la CPI por el gobierno congolés, que capitaliza la detención de los criminales de guerra para lograr el apoyo político de los países occidentales.

——————————

Gracias a la iniciativa PerMondo, la agencia de traducción Mondo Agit y la traductora voluntaria Carmesina Ferrando Orts se pudo llevar a cabo esta traducción del francés al español. Esta iniciativa lleva a cabo traducciones gratuitas de páginas web y documentos para asociaciones benéficas.

——————————————————————